Una novela histórica sobre Herodes el Grande



Hace un par de días que acaba de aparecer en las librerías una novela histórica que escribí hace tiempo. Su título es ahora Herodes el Grande, y trata de la fantástica e interesante vida de este personaje. Según Yaakov Shavit, de la Universidad de Tel Aviv y un gran experto en historia del judaísmo moderno, no existe prácticamente todavía novela histórica alguna sobre este personaje tan fascinante. Según me contó personalmente Shavit, y a una pregunta mía al respecto, sólo existen dos novelas, y antiguas sobre el gran Herodes, y fueron escritas en el ambiente de los judíos rusos del siglo XIX. Pero se compusieron en ruso, no tuvieron difusión y su memoria se ha perdido totalmente.

Herodes el Grande, como sabemos, es el presunto autor de la matanza de los inocentes narrada en el capítulo 2 del Evangelio de Mateo. Pero aparte de este incidente, de dudosa historicidad, la vida del personaje es un auténtico enredo. La trama novelesca que he construido con los datos históricos sobre su vida es relativamente parecida a la de “Yo Claudio”, de Robert Graves…, con las debidas disculpas por comparar este escrito con esa inmortal novela. La mía, naturalmente más modesta, trata en la primera parte del ascenso al trono de Israel del personaje que comentamos y es un auténtico relato de aventuras, y luego de los avatares de su reinado: una truculenta y emocionante historia de intrigas palaciegas, amores y desamores, traiciones y venganzas…, que componen un mosaico a mi parecer interesantísimo sobre la vida de un monarca helenístico de los años últimos del siglo I antes de Cristo. La narración nos presenta además cómo era la vida en Israel en esos años y cómo se las gastaban en sus cortes reales los monarca dependientes de Roma. En fin, que los hechos reales que ocurrieron superan en interés a la más potente imaginación.


¿Por qué aparece ahora esta novela? Lo explico en un par de palabras. Esta narración histórica fue presentada al Premio Planeta en 1995 y quedó en las votaciones –según apareció en las revistas y me comunicaron de la misma Editorial- en tercer lugar. Tuve una entrevista con la entonces directora de “Ficción” de Planeta, Silvia Bastos, hoy conocida y reputada agente literario, quien me dijo que “Planeta no editaba terceros puestos, ya que es un fracaso económico”. Así que rechazó la publicación de la novela.

Aquella entrevista me desanimó. Pasado el tiempo y por casualidad, coincidí en un programa de la TV valenciana, del Canal 9, con una mujer cuyo nombre no voy a mencionar. Me dijo que tenía una pequeña editorial en Galicia, y que había oído que yo tenía escrita una novela pero que aún no estaba publicada. Se interesó por el texto, se lo envié por correo, lo leyó, la dio a leer a otros… y le gustó. Me hizo añadir al texto algunas cosas –“Tenía suficiente viveza y acción, pero le faltaba un poco de picante sexual” me dijo-. Corregí un poco este extremo y se la envié otra vez. Tras leerla de nuevo, la publicó en su editorial, llamada Bellbook, con el título “La Puerta de Damasco”.

El entonces director de la Biblioteca Nacional, el conocido poeta y erudito en lenguas clásicas, Luis Alberto de Cuenca, había leído la novela previamente y me había animado mucho a publicarla. Le había gustado por tanto, y mucho al parecer, por lo que publicó una crítica breve y elogiosa en el diario ABC. También aparecieron otras críticas, igualmente elogiosas.

Total que en unos cuatro meses, más o menos, la editora gallega publicó dos ediciones de “La Puerta de Damasco” y se vendieron –según calculo- unos dos mil quinientos ejemplares… Y eso fue todo. La misteriosa editora desapareció del mapa, no sólo con el producto de la venta de mi libro, sino con el de otros autores más –algunos conocidos periodistas de revistas de divulgación histórica y de esoterismo-… ¡y nunca más se supo!

Intenté acciones legales contra ella, pero fueron un fracaso. La Editorial no había existido nunca, no estaba registrada en ninguna parte…, y la editora afirmaba no haber vendido los ejemplares que de hecho vendió…, y sostuvo ante el juez, en un acto de conciliación, que me los había devuelto. Según ella, eran en total 22 cajas llenas de libros… ¡pero no recordaba el día del envío, ni el nombre de la agencia de transporte, ni el número exacto de ejemplares devueltos, ni tenía justificante alguno… ¡Las 22 cajas habían desaparecido misteriosamente! No me era posible probar nada, pues el contrato firmado por mí en su momento, no me había sido devuelto con su firma. También se lo había tragado la tierra. El juez sobreseyó el caso, naturalmente. La novela sobre Herodes el Grande quedó en el limbo de los justos…, hasta hoy.

Volvemos al tema inicial: ¿por qué aparece ahora esta novela? Porque le gustó a un editor de Portugal que había publicado en ese país la versión portuguesa de mi edición de la Biblioteca Copto Gnóstica de Nag Hammadi (en español, en Editorial Trotta) y por eso me conocía. Hace unos meses, la Editorial Esquilo de Lisboa –que así se llama, y ahora desembarca en España con la edición de libros de probado éxito en Portugal y en Francia- ha añadido esta novela a su colección de primeros lanzamientos en nuestro país. Entre ellos está también mi obrita “Jesús. La vida oculta según los evangelios rechazados por la Iglesia”, que ya comenté en este blog.

Como recordarán, hace un par de meses apareció en la prensa y en TV la noticia del descubrimiento de la tumba de Herodes el Grande en la fortaleza Herodium cerca de Jerusalén. Como la noticia tuvo cierta difusión, y se acrecentó el interés siempre latente sobre este monarca, el editor de Esquilo decidió adelantar a junio la publicación de “Herodes el Grande”, prevista para octubre de este año. El título fue cambiado a este nuevo porque esta tercera edición es también en parte nueva –ahora explico-, y ha sufrido algunos cambios.

He añadido dos o tres capítulos, pero los cambios en el resto de la novela no son notables: van orientados al mejor dibujo de los personajes y a una mayor vivacidad de la acción. Sin duda, al ser el padre de la criatura no puedo ser objetivo, pero pienso que Herodes es uno de los reyes más interesantes de toda la historia de Israel y que una narración de sus peripecias es de por sí muy atractiva. Con la lectura de esta novela espero que el lector vea al personaje con ojos distintos y percibe cuán fantástica fue su vida y cuán interesante es la historia de esos momentos. Además hay algunas cosas que serán nuevas para mucha gente. Por ejemplo: ¿quién sabe las aventuras que tuvo nuestro personaje con Cleopatra? Pues existieron… y tuvieron un fin distinto de lo que podría suponerse. Y así, en verdad, otras muchos avatares de su vida.

Con un saludo cordial, Antonio Piñero.
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