Libros sagrados de las grandes religiones. Fundamentalismos y libros sagrados (I)


El libro que hoy presentamos acaba de salir al mercado y es el producto, la plasmación y revisión escrita de las conferencias pronunciadas en un curso, de notable éxito, promovido por la Universidad Complutense dentro de su programa de Cursos de Verano de El Escorial.

Antonio Piñero- Jesús Peláez (eds.), Los libros sagrados de las grandes religiones. Los fundamentalismos, El Almendro, Córdoba, 2007, 298 páginas. ISBN: 978-84-8005-107-1.


Aunque en la España moderna el laicismo y el pragmatismo de la sociedad han hecho que la influencia de los libros sagrados se haya reducido a mínimos históricos -puede decirse que la Biblia ha muerto en España como referente literario para las nuevas generaciones desde aproximadamente 1950-, se percibe, sin embargo, su influencia en múltiples campos de nuestro pasado y presente cultural: en la lengua (proverbios, máximas bíblicas, imágenes literarias en el ámbito de lo oral o de lo escrito), en el campo de la literatura propiamente tal (personajes, situaciones, alusiones al mundo bíblico), en el arte, en la arquitectura… (una gran parte de nuestro patrimonio), en la pintura y la música, artes en los que temas y personajes de la Biblia han inspirado cientos y cientos de composiciones de estos géneros. Por ello, el tema “los libros sagrados” es de una repercusión cultural impresionante, aún hoy día, difícil de exagerar.

El libro presente se acomoda de modo estricto al título y subtítulo que lleva. Cada tema, dedicado a una religión importante, tiene un tratamiento en tres partes:

– La primera presenta con el debido rigor y amplitud cuáles son los libros sagrados de cada religión, de qué material básico están compuestos, en qué grupos, clases o géneros (literarios o religiosos) se dividen, y cómo tales libros marcan el contenido y el tono de esa religión concreta. En realidad, al hablar así de los libros sagrados se hace una presentación indirecta de cada una de las religiones de las que trata este volumen y, sobre todo, de la esencia o núcleo de cada una de ellas.

– La segunda trata específicamente del proceso y de las razones por las que ciertas obras, explicitadas en el capítulo anterior, llegan a formar un canon o lista cerrada de “escritos sagrados”, “revelados” o “inspirados”. Intenta aclarar, pues, en lo posible un proceso histórico de delimitación de un grupo dentro de un espectro, a veces amplio, de posibles obras candidatas a ser consideradas “sagradas”.En este apartado se tratan los importantes temas de cómo se formó el canon del Antiguo y del Nuevo Testamento. Sobre todo de este último que -aunque rodeado de oscuridades- da pistas suficientes para ver cóno se formó.

– La tercera se pregunta por el papel desempeñado por determinadas posturas rigoristas en la interpretación de tales Escrituras sagradas en la sustentación de un fundamentalismo religioso con amplias repercusiones. Vivimos unos momentos en los que los fundamentalismos religiosos están desempeñando un papel notable en la vida política y social del planeta. Por ello, no parece inapropiado preguntarse por las bases de tales posturas fundamentalistas. Éstas radican, por lo general, en una exégesis rígida del contenido de determinados textos sagrados, de cuya inspiración divina no se duda un instante.

El espacio del que se dispone en este libro para tratar de los cinco grandes religiones del mundo actual es reducido. Por esta razón, algunas de ellas, muy importantes hoy día (hinduismo, budismo), son abordadas en sus líneas más generales, pero siempre teniendo en cuenta el interés del público de lengua española. Este espacio más restringido se debe a que su influencia cultural en las sociedades de lengua hispánica es menor obviamente que el de las otras religiones.

Aunque esto es verdad, me parece que los artículos dedicados a los libros sagrados del hinduismo y del budismo ofrecen al lector una información muy valiosa, concentrada y ordenada, de cuáles son los libros sagrados, su contenido, su división por géneros, etc., incluso con cuadros esquemáticos que facilitan la comprensión y encuadramiento.

Aparte de las mencionadas en este libro hay en el mundo, o ha habido en la historia, otras grandes religiones basadas en libros sagrados que no se mencionan en este libro: así el maniqueísmo, cuyo fundador Mani se esforzó expresamente por crear una Escritura única de dimensión y alcance universal; los sikhs, cuyo libro sagrado el Adi Granth, tiene una importancia fundamental incluso como único símbolo iconográfico de sus creencias; los mormones, que basan su fe en las Escrituras reveladas por el ángel Moroni en unas tablas de oro, redactadas en “egipcio reformado” y, luego, leídas milagrosamente y traducidas al inglés por Joseph Smith y algunas otras modernas como el tenrikyō en Japón.

El surgimiento de un conjunto de libros sagrados señala una gran división en la historia de las creencias religiosas: junto a religiones sin textos escritos, normalmente más primitivas, aparecen otras, destinadas a perdurar, que se basan en textos escritos más o menos fijos. Sobre la indudable riqueza de las tradiciones orales tienen estas últimas religiones la ventaja de que el impacto de sus textos va más allá, mucho más allá quizás, gracias a su contenido simbólico o a la riqueza de las interpretaciones que se van acumulando, de lo que supone la letra misma de los libros.

El próximo día continuaré con esta sucinta presentación y aprovecharé, como una especie de prepublicación –que aquí en verdad es una postpublicación- el material del prólogo que contiene ciertas noticias, espero que de interés, sobre las características generales de los libros sagrados: concepto, clases, peculiaridades y atributos, etc., que no son tratadas en cada uno de los capítulos específicos consagrados a las diversas religiones.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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