Otro comentario al libro de J. R. Esquinas sobre "Jesús y las mujeres".

Hoy escribe José Monserrat

En el post del día 07/11/2007, archivado en "Libros", hizo Antonio Piñero una presentación del libro de J. R. Esquinas, Jesús de Nazaret y su relación con la mujer. Una aproximación al estudio de género a partir de los evangelios sinópticos, Editorial “Academia del Hispanismo”, Vigo, 2007, 229 pp., ISBN 978-84-935541-5-6.

En esta presentación escribía nuestro colega de blog:

El estudio comienza planteando con bastante amplitud los problemas gnoseológicos, es decir, de teoría del conocimiento que la propia idea del Jesús histórico encierra. Su postura es la de un análisis que intenta ser absolutamente objetivo en lo posible, no espiritualista, sino de un materialismo gnoseológico, independiente de toda confesión religiosa, que busca eliminar de los textos de los Evangelios los resabios de la mentalidad kerigmática de sus autores –es decir, la proclamación y defensa de una fe concreta en Jesús como mesías que cumple los planes eternos de Yahvé- para llegar a entrever la posición del Jesús histórico.


Esta noticia-presentación del libro de J. R. Esquinas junto con ulteriores comentarios propició un fructífero diálogo con el autor, que creo interesante continuar con algunas observaciones.

Primera. El autor aclara que esta obra es una reelaboración de un trabajo que presentó para la obtención de la suficiencia investigadora en los cursos de doctorado de una universidad que no precisa. En todo caso, lo publicado ofrece un atisbo del alto nivel de los estudios de doctorado en esa universidad.

Segunda. Las veinte páginas de "cuestiones gnoseológicas" que abren el libro se expresan inmisericordiosamente en el lenguaje altamente técnico de los departamentos de filosofía.

Es una exposición férreamente ligada a una denominada "Teoría del Cierre Categorial", propia de la filosofía de Gustavo Bueno, que resulta abstrusa para los no cofrades. Confieso mi perplejidad ante expresiones como "identidades sintéticas" y "situaciones alfa-operatorias", etc. Creo que los universitarios, cuando escribimos para el público, debemos adaptarnos al lenguaje culto en general, dejando el argot especializado para nuestros seminarios.

Tercera. En el cuerpo del trabajo el autor analiza diversos pasajes de los sinópticos, y en todos los casos examina su valor histórico. Este es un proceder sumamente riguroso, que no siempre aducen los autores que se proclaman laicos. En este punto el método de la obra es impecable.

Cuarta. El objeto del estudio es el Jesús histórico, es decir, un cierto número de dichos crítica y auténticamente atribuibles al Jesús histórico. No se trata, por lo tanto, de una obra del tipo de “historia de la redacción”. No se examinan las tesis acerca de la mujer de Marcos, Mateo y Lucas, sino, a través de ellos, la ideología de Jesús.

Pero, en este sentido, la limitación del estudio a los solos evangelios sinópticos es incomprensible. El pensamiento histórico de Jesús acerca de las mujeres debe ser rastreado en todas la fuentes pretendidamente históricas, no sólo en algunas de ellas. Es como si uno quisiera escribir la historia de Augusto partiendo de Suetonio y no de Tácito. En concreto, no es posible prescindir del Evangelio de Juan (la madre de Jesús, la Magdalena), del Evangelio de los Hebreos ("mi madre el Espíritu Santo") y del Evangelio de Tomás (Salomé que comparte mesa y lecho con Jesús; la mujer devenida varón en el Pleroma).

En otras palabras: el objeto de estudio "la mujer según Jesús en los Sinópticos" no tiene consistencia suficiente para la deducción de una tesis histórica; faltan premisas: non liquet. En un lenguaje coloquial podríamos decir “No vale”.

El alumno de tercer ciclo se precipitó en publicar una parte de su excelente trabajo.

Saludos cordiales de José Montserrat.
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