La Pasión de Jesús en el cine contemporáneo. Los modernos apócrifos. La historia de la Pasión (y VII)

Hoy escribe Antonio Piñero:

El libro que estamos presentando se cierra con un capítulo, obra de Domingo Sola, Profesor Titular del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna, que presenta cómo le gente puede entender hoy la historia de la Pasión a través de la interpretación que de ella hace el cine contemporáneo. Este capítulo ofrece una breve historia, pero muy llenas de daos intereantes, de la reelaboración moderna de los Evangelios –ciñéndose a la Pasión- a través de las películas producidas en el siglo XX.



Señala Domingo Sola que desde que el cine es un medio de masas, los intereses narrativos del género bíblico han basculado siempre entre la gran superproducción y aquellas películas que rebosan un fuerte espíritu devoto. Su análisis se va a centrar únicamente en el cine más o menos contemporáneo, puesto que es donde nos vamos a encontrar un número mayor de películas con intento de fidelaidad, pero a la vez el mayor número de “transgresiones”, o reelaboraciones, a la hora de poner en imágenes las diferentes historias que transitarán los protagonistas evangélicos, así como a la hora de plasmar sus diferentes iconografías.

Domingo Sola ofrece una visión de conjunto de los cuatro periodos en los que puede dividirse la filmografía sobre la religión cristiana, sobre Jesús, en especial sobre su Pasión, durante el siglo XXI. La resume asÍ:

- Durante los primeros años del siglo pasado existió una reticencia inicial a la hora de abordar estos temas, que vieron un modelo a seguir copiando las denominadas Toga Plays, primas hermanas de los exitosos Film d’art franceses.

- Su primera etapa de esplendor coincidiría con el Hollywood clásico, años en los que se desarrollarían la mayoría de los épicos religiosos. Todo ello coincide con el nacimiento y esplendor del cinemascope.

- En los años 60 y 70, a la par del desarrollo del Peplum, o “cine de romanos”, nos encontraremos con unas películas que muestran en las pantallas las experiencias contraculturales que durante esos años iba a vivir la sociedad norteamericana principalmente.

- A partir de los años 80 y prácticamente hasta la actualidad los retratos religiosos son mucho más plurales, con un sesgo claramente secular, y marchan a la par que una sociedad cada vez más globalizada que deja la religión para buscar espacios plenos de una fuerte carga metafísica.


A pesar de estas tradicionales divisiones genéricas, los años 60 van a constituirse en la década clave para nuestro tema, sobre todo a raíz de la realización de “Rey de Reyes”, film de Nicholas Ray en el que por primera vez se pasa de concentrarse en los aspectos divinos de la persona de Jesús de Nazaret (los filmes de De Mille serían un buen ejemplo de ello) a los humanos, -incluso inaugura las apariciones de su rostro en la pantalla-, como harán las obras de Martín Scorsese o Denis Arcand.



A partir de ahí, Domingo Sola analiza las presentación de Jesús en las películas más importantes del siglo pasado, sobre todo desde los años 60, o un poco antes, y divide estas películas por su ideología en dos grandes bloques:

A) el de aquellas películas que se pueden denominar "reverenciales", que de una forma u otra han seguido postulados acorde con las doctrinas del Concilio de Trento o se han acercado de manera clara a las directrices del Vaticano II,

B) los que llamaremos obras de la "contracultura", entendiendo este término de una manera laxa y no únicamente circunscrito a los acontecimientos que sacudieron a gran parte de la sociedad occidental desde finales de los años sesenta y durante toda la década siguiente.

Las películas que se analizan son, entre otras de menor importancia:

A) Entre las reverenciales:

La túnica sagrada, realizada por Koster en 1953 a mayor gloria del recién estrenado cinemascope. El cáliz de plata, dirigida por Victor Saville al año siguiente y donde la trama se centraba en el encargo que recibía un escultor griego para cincelar un relicario en el que contener el cuenco, el cáliz, usado por Jesús en la “Última cena”. Gólgota, rodada por Julián Duvivier y protagonizada por Jean Gabin en 1953. De hecho, fue de las pocas capaz de ilustrar las tensiones sociales causadas por la ocupación romana de Palestina, subrayando con claridad la acusación de Judas y el consiguiente proceso contra Jesús de Nazaret, su tortura y posterior crucifixión.

Unos años más tarde, con la reelaboración de Rey de Reyes, dirigida por Nicholas Ray en 1961, el Ben Hur de William Wyler en 1959 como buen ejemplo de esta tendencia, e incluso Barrabás, la famosa coproducción italo-norteamericana rodada dos años más tarde por Richard Fleischer. Domingo Sola se centra sobre todo en las dos obras que consideramos fundamentales dentro de este apartado: Jesús de Nazaret, de Franco Zeffirelli y La Pasión de Cristo, de Mel Gibson.

B) Las contraculturales

Entre éstas destaca el análisis de películas que han visto la Pasión con unos presupuestos radicalmente opuestos, incluso llegando a confundir la forma y el fondo, el mensaje y el medio. Entre este número limitado de películas Sola opta por detenerse en tres: El Evangelio según Mateo, estrenada por Pier Paolo Pasolini en 1964; Jesucristo Superstar, rodada por Norman Jewison en 1973 y finalmente La última tentación de Cristo, obra de Martín Scorsese y vista en medio mundo en 1988.

Concluye Sola su exposición con la insistencia en una idea fundamental: los Evangelios son interpretaciones de Jesús. Las películas son también modernas reinterpretaciones de Jesús:

Si cada uno de los Evangelios recibidos por la Iglesia responde a la idea que el autor tenía sobre Jesús, incluso por encima de intentar retratar y ser fiel a su historia, del mismo carácter serán las diferencias entre las visiones que cada uno de los directores de cine quiso plasmar a la hora de poner en imágenes la vida del Nazareno: ya fuera por verse imbuidos de una fe particular, o por ser hijos del tiempo que les tocó vivir o por poseer unas fuertes convicciones –da igual del tipo que éstas fueran-, sus películas son parte de sus historias, pero ninguno de ellos es la historia de Jesús de Nazaret.


Y con esta contribución de Domingo sola terminamos nuestra presentación y vista de conjunto de los temas abordados en este libro “La verdadera historia de la Pasión. Según la investigación y el estudio histórico” (Edaf 2008).
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En síntesis: ¿qué pretende este libro?

Aclarar desde el punto de vista de hoy hechos/dichos de la Pasión de Jesús y sus antiguas interpretaciones.

Respecto a lo segundo: el libro aporta brevemente un mundo de paralelos a la interpretación de la pasión Jesús -en cuanto muerte en pro de la salvación los demás, y su resurrección- procedentes del mundo egipcio, grecorromano y judío. No se pretende afirmar que las interpretaciones cristianas copian directamente de estos ambientes. Eso sería falso. Se trata de presentar la idea de que el mundo mediterráneo es pequeño y que las concepciones de sus pueblos se influyen unas a otros, aunque sea en la lejanía, y que se foman marcos interpretativos comunes.

La moderna historiografía sobre Jesús presenta como probable que éste no subió a Jerusalén en la última época de su vida con el propósito de sufrir pasión, morir vicariamente por la salvación de todos los humanos y luego resucitar. Ésta es una interpretación cristiana que comienza con Pablo de Tarso y que luego es seguida por los Evangelistas. ¿De dónde toman estos tales interpretaciones de unos hechos y dichos que por sí no apuntan necesariamente a ellas? ¿De una mera inspiración del Espíritu Santo? O ¿sería posible pensar en un influjo de la atmósfera cultural que rodea y que conforma todo el pensamiento de Pablo de Tarso y de los Evangelistas?

A elucidar esa atmósfera "rodeante, penetradora" y a explicitarla va toda la intención de este libro. Ello aclara, con más o menos lejanía o con más menos aproximación, por qué se interpretaron así -de manera distinta a lo que pensaba el Jesús histórico- y no de otra manera estos hechos.

Y en cuanto a las acciones y dichos de Jesús, el centro del libro está dedicado a examinar modesta y cautelosamente los motivos que tenemos para ser prudentes a la hora de entender al pie de la letra lo que los Evangelistas dicen que Jesús hizo y dijo. Simplemente el mero hecho del empleo continuo, directa o indirectamente, de textos del Antiguo Testamento para describir hechos y palabras de los últimos momentos de Jesús, debe hacernos ser muy cautelosos sobre la historicidad exacta de lo que ocurrió. Y a esta observación se añaden otras muchas de tipo literario e histórico.

Por estos motivos generales es posible analizar críticamente a la luz de los metodos históricos la Pasión de Jesús y procurar obtener resultados sobre lo que ocurrió en verdad..., y aclarar en lo posible luego cómo esos hechos y acciones fueron interpretados dentro de determinados marcos de pensamiento.

Espero que haya suscitado el interés de los lectores de este blog.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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