Gnosis y Evangelio de Judas (La edición crítica del Códice Tchacos XIII)

Hoy escribe Fernando Bermejo

Con el título de hoy no pretendo en absoluto referirme al carácter gnóstico del Evangelio de Judas. A estas alturas, algo así sería superfluo. Mi intención será más bien recordar algo elemental sobre la gnosis, con el objeto de intentar contrarrestar la perplejidad manifestada por alguno de nuestros amables lectores, que opina que resultaría contradictorio que Judas tuviese un conocimiento pero que –como afirma la interpretación propuesta por Painchaud, DeConick y otros– no se salvara.

Lo primero que ha de observarse es que –salvo error– el Evangelio de Judas no afirma que Judas sea un gnóstico. Sí afirma, sin duda, que recibe revelaciones de Jesús. Pero también se afirma que Jesús comunica misterios a los doce discípulos (33, 15ss), y sin embargo queda meridianamente claro que los discípulos no se salvan: como hemos visto, ellos adoran a un dios diferente del Dios sumo, y Jesús se ríe de ellos de forma ominosa, diciéndoles además que ninguno de entre ellos pertenece a la generación santa.

Es importante, pues, deshacer un posible equívoco en cuanto al significado de la “gnosis” en los textos gnósticos. La gnosis no consiste simplemente en recibir una serie de contenidos, sino también en su captación de determinado modo. Como dice el Evangelio de la Verdad, “el que posee el conocimiento es de lo alto. Si es llamado, escucha, responde y se vuelve hacia quien lo llama para ascender hacia él” (EvVer 22, 2ss). El gnóstico reacciona comprendiendo, re-conociendo lo que se le transmite e identificándose con ello, precisamente porque eso que se le transmite le es connatural. Hay, por tanto, en la gnosis una dialéctica de complementariedad entre el revelador y el conocimiento que transmite y el receptor y su peculiar reacción ante lo que le es comunicado. Esta dialéctica no parece poder apreciarse en el Evangelio de Judas.

De hecho, y como ha señalado Louis Painchaud, hay otros textos setianos (como el Libro del Gran Espíritu Invisible) de Nag Hammadi, según los cuales Sabaot, un personaje claramente no pneumático, recibe sin embargo instrucción por parte de Pistis y su hija Zoé. Esto no implica en modo alguno que Sabaot se salve.

Por todo ello, no aprecio contradicción en que el texto haga de Judas el receptor de revelaciones y al mismo tiempo dé a entender que no se salvará. Por otro lado, creo que constituyen errores metodológicos graves: 1) hacer primar informaciones heresiológicas sobre el contenido del propio texto (en el que, repitámoslo, según el texto de la edición crítica, a Judas se le dice que no entrará en la generación santa), y 2) interpretar todas las noticias heresiológicas en un sentido unitario, cuando no es seguro que tal interpretación unitaria esté garantizada.

P.D.: Reservo mis observaciones sobre las valoraciones que se están vertiendo sobre el Corán para más adelante.

Saludos cordiales de Fernando Bermejo
Volver arriba