Las mujeres en los Hechos de Tomás



Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Introducción

Los Hechos Apócrifos del apóstol Judas Tomás tienen una particularidad notable sobre los otros grandes Hechos primitivos. Están completos, siempre con ciertas reservas. Extrañas coincidencias han colaborado para que se conserven en una relativa integridad. El nombre del Apóstol protagonista de estos Hechos aparece a lo largo de la narración de tres formas: Tomás, Judas Tomás y Judas. En el catálogo de los Apóstoles del capítulo 1 se le cita como Tomás. Pero en seguida, al hablar de la atribución de los campos de misión, es designado como Judas Tomás. Se añade allí también el apelativo de Dídimo, es decir, Mellizo. Hay pasajes, como los Hechos XII y XIII, en los que se le denomina simplemente Judas.

Los Hechos de Tomás empiezan como debían comenzar los otros, con una reunión plenaria de los Apóstoles para tratar de cumplir el mandato de Jesús: "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda la creación" (Mc 16, 15 paral.). Dado que el principio de los demás Hechos Apócrifos se ha perdido, es lógico conjeturar que todos debían contener una escena con la distribución de las tierras de misión para los Apóstoles. En aquella reunión se realizaba un reparto de tierras que justifica la misión del apóstol correspondiente a una determinada región. Pero antes se ofrece la lista completa de los Once. La lista de los Apóstoles la dan los Sinópticos (Mt 10, 2-4; Mc 3, 16-19; Lc 6, 14-16) y los Hechos Canónicos (Hch 1, 13). La relación de los HchTom 1 coincide con la de Mt, excepción hecha de la inversión de los dos últimos nombres.

Los Hechos de Tomás están estructurados en trece Hechos a los que sigue el Martirio del Apóstol como Hecho XIV. Los ocho primeros son relatos relativamente independientes entre sí. A partir del Hecho IX, las distintas relaciones son como capítulos seguidos de una misma historia con los mismos personajes y unas acciones conectadas mutuamente.

Cuando antes hablábamos de "relativa" integridad, queríamos significar los distintos avatares de la transmisión de estos Hechos. Parece fuera de duda que nacieron en ambiente gnóstico y que fueron muy valorados y usados por los encratitas. Su encratismo es claramente perceptible en detalles como la supresión del vino en la materia de la Eucaristía o la omisión de la petición del pan en el texto del "Padre Nuestro" de la versión griega (HchTom 144). Pero aparece con toda evidencia en las calificaciones peyorativas con que se etiquetan las relaciones matrimoniales.

El gnosticismo emerge de conceptos como el dualismo, la ascesis total, el concepto de liberación o redención. Y florece en todo su esplendor en los himnos, plegarias y epiclesis. Destacan de manera más que sorprendente el Himno a la Hija de la Luz (HchTom 6-7) y el de la Perla, verdadera joya literaria del pensamiento gnóstico (HchTom 108-113).

Acerca del idioma original se ha escrito y debatido mucho. Que el lugar de origen es Siria parece bastante documentado. No tanto que su lengua original fuera el siríaco, aunque es lo más verosímil. El hecho de que la versión griega sea más heterodoxa que la siríaca plantea el problema de la relación entre ambas versiones. O la siríaca "catoliza" o la griega cede a posturas más heterodoxas. Una opinión, que podríamos calificar de "Salomónica", nos llevaría a un original siríaco traducido al griego con excesivas libertades –supresiones, añadidos, cambios–. Perdido el original siríaco, se habría hecho una versión del griego al siríaco con no menos libertades, pero en una tendencia más ortodoxa. Por eso hemos usado la expresión de "relativa integridad". A continuación del Himno de la Perla, la versión siríaca añade un largo fragmento hímnico puesto en boca del apóstol Tomás. En él, después de reiterativas y prolijas alabanzas al Padre y al Hijo, se termina con una alusión al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Otro aspecto que distingue a los HchTom es el uso abundante que en ellos se hace de la Sagrada Escritura. Textos y acontecimientos bíblicos se insertan en las páginas del Apócrifo con absoluta coherencia y naturalidad. Con Mt 6, 34 nos aconseja "no preocuparnos por el día de mañana" (HchTom 28). Con Mt 6, 26 y Lc 12, 24 nos recomienda fijarnos en los pájaros del cielo (Mt) o en los cuervos (Lc) de quienes Dios se cuida sin que tengan que sembrar ni recoger (HchTom 28). Nos recuerda también que un rico difícilmente entrará en el reino de los cielos (Mt 19, 23; HchTom 36). Tomás alude en su predicación a la multiplicación de los panes (Mc 6, 34ss; HchTom 47), al desayuno de Jesús resucitado con sus discípulos junto al lago de Tiberíades (Jn 21, 6. 11-14; HchTom, ibid.). Entre otras muchas recomendaciones parenéticas incluye el conocido logion "Pedid y recibiréis, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá" (Mt 7, 7; HchTom 53). Y ya hemos mencionado la oración del "Padre Nuestro" según la fórmula del evangelista Mateo 6, 9-13 (HchTom 144).

No vamos a defender ni tratar el valor histórico del Apócrifo. Era un aspecto que ni siquiera su autor pretendía propugnar. Le bastaba construir una historia edificante, en la que quedaran perfectamente perfiladas la personalidad y la supuesta doctrina del apóstol Judas Tomás. Pero sí puede resultar interesante constatar que muchos nombres, tanto de personas como de lugares, son conocidos por la Historia y la Geografía. Gundafor, Gad, Vazán, Mnesara, Sandruck tienen su correspondencia en obras ajenas a los Hechos Apócrifos.

En los HchTom están atestiguados y descritos los ritos sacramentales del Bautismo y de la Eucaristía. En HchTom 27, el sacramento del sello (sphragís) va precedido de la unción de la cabeza con óleo. Es lo que hizo Tomás con Migdonia antes de hacerla entrar en la piscina y bautizarla en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (HchTom 121). El mismo ritual se siguió en el bautismo de Vazán, de Tercia y de Mnesara. La unción de las mujeres fue realizada por Migdonia; Judas Tomás ungió a Vazán, pero fue también fue quien se encargó de bautizar a los tres neófitos (HchTom 157).

En todos los casos la Eucaristía sigue al rito del Bautismo, pero es en HchTom 157-158 donde se describe el rito con más minuciosos detalles. Cuando salieron (de la piscina), el Apóstol tomó pan y una copa de vino mezclado con agua (según el siríaco), bendijo todo y dijo: "Comemos tu cuerpo santo crucificado por nosotros, y bebemos tu sangre derramada por nuestra salvación".

El Apócrifo, escrito hacia el año 225, da también testimonio de una naciente jerarquía. En efecto, informa que Tomás había ordenado a Sifor, antiguo general, como presbítero, y a Vazán, el hijo del rey, como diácono. Su ministerio había colaborado para la conversión de muchos.

KAESTLI, J. D. "Les Scènes d'attribution des champs de mission et de départ de l'Apôtre dans les Actes Apocryphes", en F. Bovon y otros, Les Actes Apocryphes des Apôtres, Ginebra, 1981, pp. 249-264.
KLIJN, A. F. J. The Acts of Thomas: Introduction, Text, Commentary (Suppl. Nov. Test. V). Leiden, 1962, pp. 13-16. F. SIEGERT se inclina por un original siríaco en "Analyses rhétoriques portant sur les Actes de Jean et les Actes de Thomas", Apocrypha 8 (1997) 231-250, esp. en p. 247.

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro
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