Comparación de José y Asenet y el Nuevo Testamento (VII)

Hoy escribe Antonio Piñero

Abordamos en este post directamente la comparación entre el Nuevo Testamento y la novela de José y Asenet (JyA).

Prescindimos de meras concomitancias de vocabulario, aun estrechas. Hemos contado unas 27: el interesado puede comparar las siguientes: JyA 1,9 con Mt 9,26; 3,4 con Mt 2,10; 4,2 con Ap 21,2; 4,9 con Lc 2,40; 8,7 con Lc 16,15; 9,1 con Sant 5,10; 12,2 con 2 Cor 4,4; 12,12 con 2 Cor 4,18; 15,10 con Lc 15,22; 21,3 con Lc 1,32; 27,8 con Jn 6,58, etc., confrontado siempre el texto griego.

Los concomitancias importantes de JyA y el Nuevo Testamento son unos 80. Al final de este post, y como mero apéndice para aquel que tenga interés, damos la lista. Estos contactos son en su mayoría frases en griego muy similares o iguales, con un trasfondo seguro en la utilización de la Biblia griega (los LXX).

No es éste un fenómeno extraño en obras de carácter religioso producidas en una misma época y ambiente similar, porque los autores antiguos de temas religiosos judíos y cristianos (judeocristianos) utilizaban e imitaban conscientemente la fraseología bíblica para generar una atmósfera de sacralidad. De entre estos más menos 80 contactos señalamos sólo los más significativos.

Igualmente tampoco son extrañas las concomitancias de ideas sobre la conversión, entre la novela y el Nuevo Testamento. Ambos escritos son judíos, y la religiosidad es la común judeohelenística.

El lector podrá comparar, si lo desea, las concepciones sobre la conversión del capítulo 15 de JyA y textos del Nuevo Testamento como Hch 9,19 y sus paralelos en 22,6-16 y 26,12-18, más Lc 7,36-50 y Mt 16,18. La atmósfera intelectual es muy similar entre el Nuevo Testamento y JyA, lo que indica un parentesco ideológico.

Comenzamos por concomitancias de interés, pero poco problemáticas en comparación con las que expondremos más tarde. Éstas son:

• El sudor rojizo de la heroína en 4,11, en un trance angustioso, nos recuerda el sudor de sangre de Jesús en Lc 22,44. Quizá Lucas empleara expresivamente un tópico literario ya fijado para expresar gráficamente una situación de angustia extrema. Por tanto, es muy verosímil que no deba interpretarse al pie de la letra, en este caso, el episodio de Getsemaní. No es que el sudor fuera estrictamente sangre, sino la expresión literaria de una situación comprometida que alteraba el ánimo.

El Diablo, en 12,9, aparece como un “feroz león” que intenta devorar a Asenet. Contrástese con 1 Pe 5,8: «Vuestro adversario, el diablo, rugiendo como un león, ronda buscando a quien tragarse». El Diablo como padre de los malvados dioses de los egipcios y protector de los paganos (12,9), nos recuerda a Jn 8,44: «Vosotros tenéis por padre al diablo».

Como en Mc 1,10, la aparición celeste en JyA va precedida de un «rasgarse los cielos» (14,3). Muy probablemente también no haya que entender nada al pie de la letra, sino sólo una descripción tópica de una visión subjetiva. En la novela, por supuesto; en el episodio del bautismo de Jesús, depende de la fe de cada uno.

Las concepciones sobre el “libro de la vida”, el nombre de los elegidos allí escrito, que no serán borrado jamás (15,4) encuentra un claro paralelo en Ap 3,5: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas, y no borraré su nombre del libro de la vida”. Simbología común del judaísmo que procede del Pentateuco y se populariza también en la literatura religiosa popular por lo menos desde el Libro de los Jubileos, del siglo II a.C.

En JyA 25,7 se afirma que los ángeles combaten a favor (o en contra) de los hombres, idea que parece desprenderse también de Mt 26,53: “¿Acaso piensas que no puedo orar a mi Padre y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?”.

La regla de «No devolver mal por mal» (JyA 28,14; 23,9; 29,3) es típica de la moral judía; encuentra un parangón en textos como Rom 12,17: “No paguéis a nadie mal por mal”; 1 Tes 5,15: “Mirad que ninguna pague a otro mal por mal” y 1 Pe 3,9: “No devolváis mal por mal ni maldición por maldición” (parcialmente en 1 Pe 3,17: “Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal”, y en todo el conjunto de la perícopa).

En JyA 21,4 el faraón profetiza sobre Asenet: «Te llamarán Hija del Altísimo», al igual que en Lc 1,76 se dice de Juan Bautista y en Lc 1,32, de Jesús. En JyA 26,2 José tranquiliza a Asenet con las palabras: «El Señor está contigo», frase que utiliza el ángel para saludar a María en Lc 1,28. La concomitancia es de meras palabras. Peo igualmente se observa el hecho de que existían patrones más o menos fijos para describir las apariciones celestes o angélicas.

Los rasgos que describen el patio donde se asienta la torre de Asenet (JyA 2,17s) son muy parecidos a algunos de los que conforman la Jerusalén celeste del Apocalipsis de Juan (21,12ss; 22,ls). Encontramos en ambos lo siguiente:

• El gran patio (gr. aulé megále) estaba rodeada de una alta muralla (gr. teíchos hypselón, en ambos casos);
• Construida con grandes piedras/fundamentada en piedras preciosas (= líthois megaloîs/líthoi timíoi, en griego);
• Hay cuatro portones/doce grandes puertas (pylónes en ambos casos);
• Guardadas por dieciocho jóvenes armados/ custodiadas por doce ángeles;
• Hay hermosos árboles frutales/en ella está el árbol de la vida que también da frutos;
• Un río corre por el medio y riega los árboles/fluye en la Jerusalén celestial un río de agua viva.

A esto se añade que Asenet, tras su conversión es llamada “ciudad de refugio”, como dijimos en el post V de esta serie. Una ciudad simbolizada por la imagen de una mujer es ciertamente un tópico judío, como puede verse en Is 62,4-12; Jer 50,5 y sobre todo en el capítulo 9 del Libro IV Dios Esdras… (la mujer como símbolo de Sión), pero también en el cap. 21 del Apocalipsis: la Jerusalén celestial es una novia ataviado para su esposo…

La similitud es absolutamente sorprendente y sólo se explica –igualmente- por la inspiración literaria en tópicos comunes. Como el fenómeno de la semejanza ocurre en variados escritos apocalípticos judíos, independientemente del problema del autor de JyA, y de la época de su composición, puede pensarse si el vidente del Apocalipsis, a la hora de poner por escrito su libro, que cierra el Nuevo Testamento, está escribiendo de verdad lo que vio o recurre a tópicos ya consagrados.

O con otras palabras: ¿son auténticas –o productos literarios- algunas visiones del Apocalipsis? ¿Utiliza el vidente Juan un esquema apocalíptico ya común? Probablemente –sin negar que el autor del Apocalipsis pueda ser un auténtico visionario- tenemos el caso de la utilización literaria. Por tanto, no debe creerse que el Apocalipsis describe exactamente lo que el vidente Juan vio, sino que está adornado literariamente. Esto confirma la norma general de la exégesis del Apocalipsis: no debe entenderse al pie de la letra.

No sería nada inconveniente que algunas confesiones cristianas –y no quiero mencionar nombres concretos- pararan mientes en estos tipos de contacto literario, pues no favorecen de ningún modo cualquier tipo de interpretación del Apocalipsis de Juan como una visión única, inspirada por Dios al pie de la letra para los eventos del fin del mundo (inmediato apara algunos). La comparación literaria de textos echa por tierra cualquier interpretación rígidamente literalista.

Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero.


Apéndice

Lista de contactos literarios importantes entre “José y Asenet y el Nuevo Testamento

Utilizamos sólo el texto griego breve de la novela. Estamos convencidos de que partes del texto más largo son una expansión secundaria. La comparación se hace entre los dos textos griegos. Pero aún utilizando los dos textos en español, pueden percibirse las semejanzas. Los números antes del = señalan capítulos y versículos de la novela. Se han añadido algunas similitudes claras con los LXX.


1,9 = Mt 9,26
2,17 = Ap 21,12.19 +22,1.2
3,4 = Mt 2,10 =Is 39,2 LXX + 4,2 + 7,10 + 9,1
3,4 = Lc 1,68 = Sal 41,14
3,6 + 4,8 + 18,1 = Is 9,5? = Lc 24,19 1 Cor 10,4
4,2 + 15,10 = Ap 21,2 = Is 61,10
4,9 = Lc 24,29
4,9 = Lc 2,40 + 1 Cor 16,23 + 2 Cor 13,13
4,11 = Lc 22,44
4,13 = Mt 13,55
5,1 = Sant 5,9
6,1 = Mc 4,41 + Lc 2,9 = Jon 1,10
6,2 + 6,6+ 13,10 +21,3 = Mt 27,54 + 4,3 + 5,9 +8,29
6,3 = Jn 1,7.8.9 + Mt 6,23
7,5 + 12,6.7 = Lc 15,18.21
8,2 + 27,8 = Gal 3,21 + 2 Cor 3,6 + 1 Pe 3,18
8,5 + 8,11 + 15,3 = Jn 6,35 + 6,48 + 6,51
8,5 + 8,11 + 15,3 = 1 Cor 10,16
8,5 + 8,6 = Jn 9,31
8,7 = Dt 24,4 = Lc 16,15
8,10 + 9,1 +14,7 etc. = Lc 8, 28 + 1,32.35.76 + 2,14 + 6,35 + Hch 7,48 + Heb 7,1
8,10 = 1 Tim 6,13: v. 1. + Gal 3,21
8,10 + 15,13 = Hch 26,18 + 1 Pe 2,9 = Is 42,16
8,10 = Jn 5,24 + 1 Jn 3,14
8,11 = Mc 13,20
8,11 + 15,7 +22,9 = Jn 14, 2.3 + 20,23 + Hb 3,11 = Sal 94,11 Núm 14, 21,23
9,1 = Sant 5,10 + Mc 9,38 + Jn 12,13; 14,13; 16,23 etc.
10,2 = Lc 14,15 + 6,23 + Mc 3,20
12,2 = 2 Cor 4,4 = Eclo 36,17
12,2 = Hch 17,25 = Is 42,5
12,2 = Heb 11,3
12,4 = Mc 1,5
12,5 = 1 Cor 10,21 = Mal 1,7 + Is 65,11
12,8 = Mt 13,39
12,9 = 1 Pe 5,8 = Sal 21,14
12,9 = Jn 8,44
12,10 = Ap 19,20 +20,3
12,12 = 2 Cor 4,18
13,10 = Jn 1,34: v.l.
13,11 = 1 Cor 1,26
14,2 = Ap 16,14 + Jd 6 = Jl 3,4
14,3 = Mc 1,10
14,8.11 = Hch 14,10 = Ez 2,1
14,9 = Mt 28,2
14,9 +18,7 = Mt 17,2 + Ap 1,16 + 10,1
14,9 = Ap 1,14 + 2,18
14,9 = Ap 10,1
14,11 + 15,2; 26,2; 28,4 = Mt 14,27 + Mc 6,50
14,12 = Jn 4,10s
14,14 = Lc 1,19
15,3 = Ap 3,5 = Ex 32,32 + Sal 68,29
15,10 + 18,3 = Lc 15,22
15,13 = Col 1,13
15,14 = Lc 1,30 + Hch 7,46 + Heb 4,16 = Ex 34,9 etc.
16,8 = Jn 6,50
17,1 = Lc 2,15 + 1,37 + Hch 5,32 = LXX
21,3 = Lc 1,32.76
22,8 = Lc 24,19 = Jue 6,8 LXX
23,4 = Lc 1,72 + 10,37 = LXX
23,10 = Hch 16,17 = Dn Theodoc. 3,93
25,7 = Lc 9,54 + Ap 13,13 = Gn 19,24; 4 Re 1,10
26,2 = Lc 1,28
27,2 = Lc 18,2 + 1,50 + Hch 10,2.22 + Ap 14,7 = LXX
27,8 = Jn 6,58 + 6,51
28,4 = Rom 12,17 + 1 Tes 5,5 + 1 Pe 3,9
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