¿Podría fundarse una asociación para el estudio laico de la Biblia?

Hoy escribe Antonio Piñero

Acaba de volver a Madrid después de vivir una experiencia interesante en el monasterio de Montserrat, a unos 60 kilómetros de Barcelona, como sabe la mayoría de los lectores de ese blog. Lo imponente y majestuoso del lugar –la montaña como lugar de encuentro de lo sagrado, en muchas culturas- ayudó para que se celebrara el evento que a continuación describo.

Se trataba de la celebración de uno de los seminarios de estudio bíblico que “Biblia”, “Asociación laica (italiana) de cultura bíblica” organiza cada año. Éste, en concreto estaba dedicado al estudio específico de los Evangelios gnósticos, y ha durado tres día y medio. El resto del tiempo –dos días y medio más- se ha dedicado a actividades culturales: visita de la ciudad de Barcelona (una tarde) y dos días a una excursión por una parte de la Cataluña románica y medieval: Vic, San Juan de las Abadesas, Ripoll, Girona y Besalú.

Hay otros seminarios más a lo largo del año, que desde luego no se celebran en el extranjero (éste es como la salida anual de la Asociación), dedicados a otros temas específicos, organizados por la dirección de esta Asociación con la ayuda de un comité científico. Éste colabora en la selección de los temas y de los ponentes, el modo de la presentación de los temas ante el público, aparte de ayudar a ofrecer, si fuere necesario, una bibliografía pertinente. Este comité científico está formado por gente experta –del ámbito universitario y fuera de él- en judaísmo, cristianismo, más alguno de otras religiones.

¿Quienes componen de esta asociación?

Se trata estrictamente de laicos, hombres y mujeres interesados en adquirir o aumentar sus conocimientos bíblicos de Antiguo y Nuevo Testamento, o temas conexos en torno a la religión en general. Como es natural no hay asociados pertenecientes al clero, lo cual indica que existe una total y absoluta libertad a la hora de seleccionar e impostar los temas, desde cualquier perspectiva.

No pertenecen a esta Asociación sólo gentes con un fuerte interés religioso, ni mucho menos, sino aquellos que de algún modo piensan que tanto el fenómeno religioso como el mundo de la Biblia es de un interés notable dentro de nuestra cultura occidental. Esto significa que a ella pertenecen tanto gentes que se confiesan creyentes rigurosos, como agnósticos e incluso ateos.

La orientación por tanto de la Asociación y de sus seminarios es radicalmente histórico-filológica, literaria, de fenomenología religiosa en suma en todos sus aspectos. Todo lo que signifique “tema bíblico” tratado desde fuera de la estricta observancia de la religión es un posible objeto de estudio. El interés de los miembros es tal, que la asociación ofrece –además de los seminarios sobre temas específicos- cursos de iniciación al hebreo bíblico y al griego del Nuevo Testamento.

No sé con exactitud el número de miembros, pero ronda en torno a los trescientos, o un poco menos. Al seminario de Montserrat, en el extranjero para ellos, han asistido unos 80, lo cual es aproximadamente un tercio del número de miembros. Me parece una buena participación dado que se trata de viajar al extranjero.

La impostación del seminario de Montserrat sobre los gnósticos

El simple enunciado de los temas puede dar una idea del interés de esta Asociación y de lo que atrae a sus miembros. Hubo, en primer lugar, una introducción general a la gnosis y los evangelios gnósticos, con dos conferencias que versaron sobre el posible origen de la gnosis en el pensamiento judío marginal del siglo I a.C. y sobre el tránsito desde las tradiciones que se formaron en torno a Jesús tras su muerte hasta llegar a la formación de los Evangelios gnósticos.

Se ofreció, además, una conferencia complementaria sobre los lugares de descubrimiento de manuscritos importantes en los siglos XIX y XX (el Monasterio de Santa Catarina en el Monte Sinaí; la Genizá del Cairo –escritos judíos de todas clases y de muchas épocas, ocultos en un depósito de textos viejos-, el emplazamiento de Qumrán –manuscritos del Mar Muerto y Nag Hammadi –textos gnósticos- y qué consecuencias han tenido para nuestra comprensión del judaísmo y del cristianismo primitivo.

Un segundo grupo de conferencias se ocupó estrictamente de Evangelio gnósticos significativos: el importante “Evangelio de Tomás”, el bellísimo “Evangelio de la Verdad” y el discutido “Evangelio de Judas”.

Otro conjunto de conferencias se dedicó a la controvertida figura de María Magdalena: su presencia en los Evangelios canónicos, las tradiciones generadas en torno a ella y su relación con Jesús en los textos gnósticos (Evangelio de María, de Felipe, Pistis Sofía, Grandes Preguntas de María) y otra, en verdad muy interesante, sobre los desarrollos medievales de su figura –increíbles en su imaginación y variedad- desde san Gregorio Magno hasta nuestros días, pasando por Jacobo de Vorágine (Varazze) y otros autores medievales.

Finalmente, otro pequeño grupo de dos conferencias se consagró –una- al posible origen protognóstico del Cuarto Evangelio o cómo puede explicarse su diferencia respectos a los Sinópticos; la segunda a la historia y al espíritu de la confrontación entre los la formación de los Evangelios canónicos y el gnosticismo en el siglo II, y la última a la posible herencia del gnosis entre los cátaros. Realmente fue una visión completa de la problemática en tres días y medio. Todas ellas se publicarán en el Boletín interno de la Asociación que tiene más lectores que los miembros estrictos. Hubo tiempo además durante el Seminario –exprimiendo las horas del día- para otras actividades culturales/musicales en torno al Monasterio benedictino de Montserrat. ¡Un tiempo intenso e interesante!

El alma y directora de esta “Asociación laica de cultura bíblica” es Agnese Cini, una mujer menuda, casada, madre de cuatro hijos, de un ánimo, fortaleza y simpatía arrolladores, de emociones intensas, que ahora –treinta años después de que ella fundara y diera los primeros pasos para el funcionamiento de la Asociación- dedica prácticamente su vida entera a ella, pues sus hijos son ya mayores. En la actualidad está ayudada por una colaboradora excepcional, Marinella Perroni, que es como su alter ego en todo. La señora Cini, gracias a sus contactos con los medios y con diversos estamentos científicos es ahora una mujer muy conocida en Italia.

Confieso que me ha impresionado la actividad de la Asociación, el interés de los miembros, la asistencia masiva e intensa a las conferencias, las preguntas que han formulado, la convivencia entre los miembros de la Asociación y los ponentes, las sugerencias que se han ido precisando sobre futuros temas… y me he preguntado si se podría llevar a cabo una actividad semejante en el seno de los países de lengua hispana (¿existe alguna ya que no conozco?). En concreto –y como escribo desde España-, ¿podría fundarse en este país una Asociación semejante?

Creo que el material que se puede ofrecer en torno a la Biblia y al cristianismo, más la religión en general, puede ser apasionante. En verdad, por lo menos en el Nuevo Testamento y al cristianismo primitivo casi nada es como parece y nos ha enseñado la tradición. Hay muchísimo que descubrir sin las ataduras estrictas –o haciendo una abstención mental por el momento- de una confesión determinada. La Biblia ha influido tanto en nuestra historia, cultura, arte, etc., etc., ha sido de un impacto tal, que creo apasionante dedicar un tiempo de la vida a estos temas.

¿Alguien se anima?

Naturalmente puede hacerlo uno mismo… solo. Pero sin duda la vitalidad y el ímpetu que se comunican por medio de una Asociación ayuda mucho a ello: el grupo dispone una atmósfera propicia y proporciona los impulsos a veces necesarios para vencer la inercia y el desánimo de la soledad.

¡Quién sabe si a alguna de nuestras lectoras se le ocurre fundar una asociación semejante! Y he dicho conscientemente “lectoras” porque creo que el motor ideal para llevar a cabo esta tarea es una mujer que reúna las cualidades, más o menos, que se han unido en la fundadora de la Asociación italiana…, la cual ha trabajado durante años desinteresadamente, pero ahora recibe un sueldo de la organización misma, ya que el monto de la tarea es considerable.

La mujer española -¿me equivoco? ¿varón?- que tenga ánimos para emprender esta fundación ha de poseer tiempo, interés y gran temple. ¿Se anima alguien? ¡Sería magnífico!

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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