A favor y en contra: ¿Era el de Jesús un mesianismo guerrero y predominantemente político? Autoconciencia mesiánica de Jesús (VIII)

Hoy escribe Antonio Piñero

Seguimos con el tema: ¿era el de Jesús un mesianismo guerrero y predominantemente político? Atención: estoy ofreciendo en primer lugar las razones por las que algunos investigadores ven en Jesús y las gentes de su entorno –y por tanto en la conciencia mesiánica de éste- la prueba de que eran un grupo armado. Luego discutiremos estas ideas y ofreceremos nuestro punto de vista. Por ello, deseo que no se me atribuyan, sin más, las ideas expuestas en esta primera parte. Hoy iniciamos los argumentos de la parte contraria: los que no ven en Jesús y su grupo un conjunto de gentes armadas, por lo que se debe precisar con cuidado qué se entiende por repercusiones políticas del mensaje religioso de Jesús.


Siguen los últimos argumentos en favor de una interpretación "guerrera" del grupo de Jesús

5. Jesús tiene discípulos que encajan bien dentro de la idea de lo que es un zelota. Así Simón Pedro, sobre todo por su actuación en la escena del prendimiento. En Lc 6,14-15 se dice: “Escogió a Doce… a Simón Pedro… y a otro Simón llamado ‘cananeo’ o zelota” (Mc y Mt escogen “cananeo”/Lc, “zelota”), lo que parece indicar que Pedro no estaba sólo en su excesivo celo por Yahvé.
• También puede recogerse otro indicio del carácter violento de otros discípulos. Así los hermanos Santiago (el mayor) y Juan. Según Marcos (3,17) significa “Hijos del trueno”. Se discute el significado exacto de la expresión, pero sea como fuere parece una buena denominación para gente amiga de la violencia.

• Esta impresión se refuerza por dos detalles. El primero: cuando ciertos samaritanos no reciben en su aldea al grupo de Jesús porque se dirigían a Jerusalén, Santiago y Juan dicen al Maestro: “¿Quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y que los consuma?” (Lc 9,54: el texto añade que Jesús los reprendió). Con otras palabras: dos discípulos muy amados por Jesús aparecen caracterizados como amantes de la oposición violenta, armada contra los romanos.

• El segundo detalle es que, Según Hch 12,1 el rey Herodes Agripa I hizo matar (año 41 d.C.) por la espada a Santiago, hermano de Juan, lo que se interpreta que al menos el primero perteneció a un grupo armado -el de Jesús- y que fue identificado y sentenciado precisamente por este motivo. Esos delitos de "sedición" o "revuelta" no tenían tiempo de prescripción.

6. La exhortación a cargar cada uno con su cruz(Mc 8,34-37) debe explicarse, según algunos, como una disposición para el martirio, es decir la disposición que abrigaban quienes se oponían política y armadamente a los romanos.

• Debe unirse a este argumento la interpretación de los dos “bandoleros” (lestaí, en griego, en sentido político como activistas antirromanos) crucificados al lado de Jesús. Ello se explica bien interpretando a estos dos individuos como miembros del grupo del Nazareno.

7. La frase de Jesús “No penséis que he venido a traer paz sobre la tierra, sino espada…” (Mt 10,34) que en versión de Lucas suena: “¿Pensáis que he venido a dar paz a la tierra? No, os digo, sino división. Pues desde ahora cinco en una familia estarán divididos: tres contra dos y dos contra tres se dividirán…” (Lc 12,51), texto que en opinión de algunos se refiere a la disensión intrafamiliar respecto a la cuestión de si se debía responder, o no, con las armas a la dominación romana.


Ahora exponemos las razones en contra de interpretar a Jesús como un mesías fundamentalmente "guerrero"


II. Son, en síntesis, las siguientes:

1. Jesús espera una venida inmediata del reino de Dios, como un ladrón, súbita e inesperada. Los textos principales al respecto son Lc 17,20 (“Preguntado por los fariseos cuándo había de venir el reino de Dios les respondió y dijo: ‘El reino de Dios viene sin dejarse sentir, ni dirán helo aquí, o helo allí; porque el reino de Dios está entre vosotros”) + Mc 13,21, en parte (“Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el mesías; o mirad, allí está, no le creáis”). [No entro en este momento en la viva discusión sobre qué significa el “entre vosotros” del pasaje de Lucas]. Véase más abajo el número 3.

A parecer, también los discípulos pensaban –contagiados probablemente por el entusiasmo del Maestro- que el reino de Dios se presentaría inmediatamente. Lo indica Lc 19,11 (texto redaccional, propio de Lucas, pero que puede reflejar un estado de mente de los discípulos: “Prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén y ellos (¿los discípulos? ¿Los más próximos?) pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente”…

Esta idea se compagina muy mal con la concepción de una lucha armada contra el invasor, lo que supone una larga campaña y una previsión de victoria en un proceso lento y perceptible. En todo caso, según el Jesús de Lucas, los signos previos al Reino son celestiales/escatológicos: Lc 21,25-31)

2. La tradición que recoge las “menciones a la espada” (de indudable autenticidad por el llamado “criterio de dificultad” respecto a la teología cristiana posterior) no mencionan jamás la existencia de un grupo armado. Por tanto pueden entenderse de otro modo, simbólica o metafóricamente. No puede argüirse que hay aquí un proceso de censura que habría eliminado lo del “grupo armado”. No es probable que la presunta censura haya quitado una noticia “comprometedora” dejando –por otro lado- la pista de la existencia de espadas entre los seguidores de Jesús.

3. Jesús se expresa en algunas ocasiones, muy pocas en verdad, como si en su propia acción hubiera ya signos de la presencia del reino de Dios. Estos dichos, sobre todo el ya citado Lc 17,21: “Ni se dirá ‘helo aquí’, ‘helo allí’: porque he aquí que el reino de Dios está entre vosotros” y Lc 11,20/Mt 12,28 “Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios llega con prisa a vosotros”.

Atención a este “llega con prisa”: el griego emplea literalmente éphthasen, un aoristo (= correspondiente a un tiempo pasado en español: un pasado simple), pero es sabido que se trata de un “aoristo profético”, probabilísimamente con significado de futuro/presente = “llegará apresuradamente” o en todo caso “está llegando a toda prisa”. Véase Chris C. Caragounis, The Development of Greek and the New Testament [“El desarrollo de la lengua griega y el Nuevo Testamento”], Mohr Siebeck, Tübingen, 2004, 261-278. Este uso es también propio del griego (cita Alcestis y Medea de Eurípides; Pluto, dios de la riqueza, de Aristófanes, Hechos apócrifos de Juan y autores de griego medieval). Lo mismo hay que decir del éggiken de Mc 1,15 y Mt 3,2 (“se acerca a toda prisa”) no que “ha llegado ya”.

Estos dichos son incompatibles, a mi parecer, con la idea de una acción armada –aunque sea simplemente preparatoria para que luego Dios actúe por su cuenta con sus “legiones de ángeles” = Mt 26,53– como requisito para la instauración del reino de Dios. Jesús, lleno de entusiasmo escatológico, piensa que las etapas iniciales, los preludios, del Reino están ya presentes, sin necesidad de acción armada alguna.

Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero
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