Las versiones latinas de la Biblia (IV). Características (2)

Hoy escribe Antonio Piñero


Nuestra postal anterior sobre el tema de hace unos días contenía unas breves explicaciones sobre los diversos “tipos textuales”. Una vez aclarado este extremo, volvemos a afirmar que las afinidades textuales de las antiguas versiones latinas se sitúan con bastante claridad al lado del tipo de texto mal llamado "occidental".

Pongamos algunos ejemplos: En Mt 16,2-3 aparece un pasaje que los editores modernos consideran sospechoso y que a veces se imprime entre corchetes. Reza así:

"Al atardecer decís: 'Va a hacer buen tiempo, porque el cielo tiene un rojo de fuego', y a la mañana: 'Hoy habrá tormenta porque el cielo tiene un rojo sombrío'. ¡Sabéis discernir el aspecto del cielo y no podéis discernir las señales de los tiempos!".

Pues bien, el origen de este pasaje está en la Vetus Latina, no en los manuscritos griegos.

Igualmente la famosa perícopa del sudor de sangre de Lc 22,43-44 está mucho mejor testimoniada en la Vetus Latina que en muchos manuscritos griegos:

"Entonces se le apareció un ángel venido del cielo que lo confortaba... su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían a tierra"


O la explicación de Jn 5,4 a propósito de las propiedades curativas del agua de la piscina de Bezatá:

"Porque el Ángel del Señor bajaba de cuando en cuando a la piscina y agitaba el agua, y el primero que se metía en ella después de la agitación del agua, quedaba curado de cualquier mal que tuviera".


Resulta, pues, que estos pasajes y otros más, como la historia de la mujer sorprendida en adulterio (Jn 7,53-8,11), se hallan ausentes, o mal testimoniados, en diversos de los mejores testigos –manuscritos- griegos del texto del Nuevo Testamento, como el Vaticano y sus congéneres, al igual que de los mejores testimonios de la antigua Vetus Syra, pero parecen como singularmente propias del texto africano de la Vetus Latina.

La lista de lecturas diferentes y añadidos propios de esta versión latina antigua podría aumentarse. Permítaseme señalar algunos añadido importantes o curiosos. Así:

"Cuando Jesús fue bautizado una tremenda luz brilló sobre la superficie del agua, de modo que todos los presentes se llenaron de temor" (véase Mc 1,10s).


O cuando el juicio ante el Sanedrín de Jesús poco antes de ser entregado a Pilato, según la Vetus los sacerdotes se quejan de que Jesús diciendo:

"Aparta de ellos a sus mujeres e hijos, pues no bautiza como nosotros";


Los nombres de los dos ladrones crucificados junto a Jesús no son Dimas y Gestas, como en el resto de la tradición, sino Zoatán y Cammata,

o, por último, el final del evangelio de Marcos (16,3) según la Vetus Latina hace seguir la ascensión al cielo inmediatamente tras la resurrección:

"De repente a la hora tercia del día hubo gran tiniebla sobre la tierra y los ángeles descendieron del cielo. Jesús resucitó en la claridad del Dios vivo, los ángeles ascendieron junto con él, e inmediatamente hubo luz. Entonces las mujeres se acercaron al monumento".


Un último ejemplo para el Evangelio de Lucas: en 24,4-5:

"Y ocurrió cuando las mujeres se hallaban apuradas [al encontrar removida la piedra del sepulcro de Jesús], que se les aparecieron dos ángeles...".


La investigación desde Wescott-Hort ha intentado, sobre todo para el Nuevo Testamento, agrupar por familias el número considerable de testigos de la Vetus Latina. Se ha llegado a diferenciar unas 27 variantes diferentes. La variada colección de lecturas divergentes que presentan los manuscritos de la Vetus Latina es tan inmensa que casi es inmanejable críticamente.

Los criterios de agrupación son básicamente las diferencias de lecturas que se mantiene constantes. Así, por ejemplo, la familia africana suele traducir el vocablo griego phôs por lumen, mientras que la europea prefiere casi siempre lux; doxázein es vertido en el grupo africano por clarificare, mientras que el europeo prefiere glorificare.

Hacia la mitad del siglo pasado parece que se llegó a un casi consenso que distingue tres grandes grupos de manuscritos de la Vetus Latina:

A) el grupo africano: a él pertenecen las lecturas testimoniadas por Tertuliano, Cipriano y un grupo de tres o cuatro manuscritos selectos (Codex Bobiensis, el Claromontanus y un florilegio llamado Sessoriano);

B) El europeo formado por la mayoría de los manuscritos importantes y por las citas de Lucifer de Cagliari e Ireneo de Lyon,

y C) el itálico formado por los códices bilingües, influenciados directamente por el griego y los dos códices Usserianos de Dublín.

Las investigaciones de J. M. Bover y T. Ayuso han conducido a lo largo de la mitad del siglo pasado al establecimiento de otro grupo de la Vetus Latina, el cuarto, llamado hispánico, que debió de existir en varias formas y que se ha conservado en cuatro tipos de fuentes: manuscritos bíblicos propiamente tales, notas marginales, liturgia mozárabe y los Padres de la iglesia hispanos como Teófilo de Braga o Isidoro de Sevilla.

A pesar de esa inmensa pluralidad textual que estamos comentando, es en extremo curioso -como antes apuntamos- que se encuentre en la Vetus Latina una sorprendente unanimidad en algunas pocas ocasiones, que sugieren un arquetipo común, al menos para algunos libros del Nuevo Testamento.

Así, por ejemplo, en Lc 9,62 el original griego lee:

"Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es digno del Reino de Dios", pero la Vetus Latina unánimemente transpone: "Nadie que mira hacia atrás y pone la mano en el arado...",


o en Lc 2,14, donde los testigo griegos leen todos: "... Paz a los hombres en los que Dios se complace (eudokías)", mientras que la Vetus Latina trae: "Paz a los hombres de buena voluntad (bonae voluntatis)".

Un caso más curioso aún: en Mc 9,15, donde los griegos leen: las multitudes "al ver a Jesús corrieron a saludarle", mientras que los grupos europeos y africanos de la Vetus Latina traen: "se alegraron al saludarle". Es claro que un tréxontes griego, con el significado de “corrieron", ha sido leído erróneamente xaírontes, "se alegraron".

Todos estos detalles, como digo, apuntan hacia un arquetipo común, lo que nos deja perplejos puesto que el panorma apuntaba a diversas manos traductoras.

Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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