La religión de Jesús de Nazaret (y VI)

Hoy escribe Antonio Piñero

Concluimos hoy, como dijimos el día anterior, nuestra serie sopbre la religión de Jesús dejando dos temas importantes que serán tratados en series aparte (Jesús como "hijo de Dios" y "el Dios de Jesús").

Otro rasgo que define la religión de Jesús es que éste se muestra como un piadoso judío al utilizar los libros sagrados como instrumento y medio de su predicación. En las prédicas del Nazareno encontramos prácticamente todas las formas didácticas a base de la Escritura que practicaba el judaísmo antiguo. Éstas eran:


1) Reutilización de palabras o frases bíblicas. Por ejemplo: la parábola de la semilla que crece por sí sola (Mc 4,26-29) termina con una frase tomada de Joel 4,13 "Metez la hoz porque la mies está madura..., etc.;

2) Cita de ejemplos bíblicos para justificar alguna actuación. Por ejemplo cuando el caso de la crítica de los fariseos contra los discípulos por comer espigas en sábado, Jesús recurre al ejemplo de David que comió con lo suyos de los panes de la proposición (Mc 2,23-26);

3) Deducción de un nuevo sentido de un texto bíblico por profundización o contraste. Por ejemplo el caso citado de las antítesis, que ya hemos comentado en las que se discuten textos del Decálogo;

4) La interpretación de cumplimiento tipo pesher como en Qumrán: Por ejemplo, un pasaje de la fuente Q donde Jesús identifica a Juan el Bautista como la persona predicha por el profeta Malaquías, cuyas palabras son modificadas por medio de Ex 23,20: "Qué habéis ido a ver al desierto?... ¿A ver un profeta? Sí, yo os digo que más que un profeta. Éste es de quien está escrito :'He aquí que yo envío a mi mensajero..." (cf. Mt 11,7-10);

5) Finalmente, el modelo midrásico, que consiste en combinar diferentes pasajes de la Biblia en apoyo de una doctrina propuesta, como la reinterpretación de la ley del divorcio de Dt 24 a la luz de los textos combinados de Gn 1,27 y 2,24 (véase Mc 10,2-9); hemos comentado también el caso.

El último punto que deseamos desarrollar, muy brevemente, es qué se puede deducir para el propósito de nuestra serie sobre “la religión de Jesús” de la enseñanza en parábolas de éste. Cuál era la religión de Jesús se deduce evidentemente del estudio de las 39 parábolas que recogen los Evangelios. Para Jesús el objetivo fundamental de la utilización de parábolas en su predicación sobre el Reino era convencer al oyente, de un modo muy vivo, dinámico y colorista, de que el reino de Dios estaba a punto de llegar y que ante él había que adoptar una actitud de apertura y recibimiento, actitud que cambiaba totalmente la vida. Escribe G. Vermes (p. 143):

El mensaje central de las parábolas puede reducirse a tres puntos básicos: la teshuvah o arrepentimiento/perdón (por parte de Dios), la emunah o confianza en Dios, y la forma superlativa de esta confianza, que entraña asumir altos riesgos en pro del Reino. Todas ellas reflejan la piedad escatológica profunda y sencilla de un Jesús judío.


Para todo aquel que desee mirar con ojos críticos por un lado, y q procure no albergar prejuicios por otro, se debe confesar como conclusión de todo lo expuesto en esta serie que si los Evangelistas pretendieron presentar a un Jesús que rompía con el judaísmo,
que fundaba una nueva religión, etc., hicieron muy mal su trabajo, pues en los Evangelios quedan mil restos que prueban hasta la saciedad que la religión de Jesús no se diferencia en nada de la de un maestro de la Ley, carismático, piadoso y escatológico-apocalíptico del Israel del siglo I de nuestra era.

La religión de Jesús es total y auténticamente judía y su raíces se hallan en una fe que mueve montañas y en una decidida y muy judía "imitación de Dios", es decir ser buenos a carta cabal, pues Dios es bueno y hace salir el sol y la lluvia tanto para los buenos como para los malos.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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