¿Dijo Jesús de sí mismo que era Dios? Jesús como hijo de Dios (II)

Hoy escribe Antonio Piñero

Como han surgido algunas dudas entre los lectores, aclaro qué puede entenderse por "cristología". Este vocablo tiene la significción evidente de "ciencia o tratado sobre el christós o ungido". Por tanto en sentido estricto sería la cristología un tratado de "mesianología".

Pero, en sentido amplio, se entiende que el vocablo abarca otros temas relacionados de algún modo con la figura y misión de Jesús como mesías o cristo. Así en el mencionado libro del especialista Roger Haight, "Jesús, símbolo de Dios", que es un tratado de cristología como declara el autor expresa y repetidas veces. Haight trata en diversos capítulos sobre las cinco maneras generales en las que el Nuevo Testamento entiende cómo Jesús es divino. También se ocupa ampliamente de la resurrección, del Jesús histórico (en donde insiste en su humanidad), de la naturaleza de Jesús según los concilios de Nicea y de Calcedonia y finalmente, de la divinidad de Jesús e incluso de la Santísima Trinidad. Por ello, parece claro que no es confusión alguna si afirmo que entra dentro de la "cristología" el tema actual de esta serie: "¿Dijo Jesús de sí mismo que era Dios?"


Dijimos en una “postal” anterior (sobre Jesús como “Hijo del Hombre”) que son sólo 7 los textos del Nuevo Testamento que afirman clara, o muy probablemente, que Jesús es Dios. Son éstos:

Jn 1,1: En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios;

Jn 1,18: A Dios nadie lo vio jamás, el Hijo Unigénito que está en el seno del Padre, él lo ha dado a conocer;

Jn 20,28: Entonces Tomás respondió y dijo: ¡Señor mío y Dios mío!;

Romanos 9,5: (De los judíos) de quienes son los patriarcas y de quien vino Cristo, que es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos;

Tito 2,13: Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y salvador Jesucristo;

Hebreos 1,8: Mas (Dios por medio de la palabra profética) dice del Hijo: “Tu trono, oh Dios, por los siglos de los siglos; cetro de equidad es el cetro de tu trono

2 Pedro 1,1: Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado la justicia de nuestro Dios y salvador Jesucristo…

En estos pasajes no hay ninguno en el que Jesús hable de sí mismo y de su naturaleza. Son otros personajes los que hacen afirmaciones sobre ella. Y de esto no se discute, pues es claro que pronto los cristianos consideraron Dios a Jesús.

Por tanto, me parece claro que:

• Con la constatación que acabamos de hacer, a saber no conservamos ninguna palabra del Jesús histórico que se proclame a sí mismo hijo ontológico de Dios,

• y la consideración global de la totalidad de la religión de Jesús que nos presenta una imagen de un judío observane de la Ley, cultivador respetuoso de la palabra bíblica y observante de las costumbres rituales de su pueblo basadas en también en la Ley,

podemos responder claramente a la primera cuestión de esta miniserie: es altísimamente probable que Jesús no se considerara a sí mismo hijo de Dios en pleno sentido, pues no lo afirmó nunca.

Nos toca ahora examinar la cuestión de las afirmaciones de los seguidores de Jesús sobre su divinidad, esparcidas por todo el Nuevo Testamento. Aparte de estos pocos textos explícitos, siete, el Nuevo Testamento en su conjunto sostien de un modo suficientemente claro que Jesús es Dios. ¿Cómo la hace? En general de un modo indirecto:

1. Afirmando de Jesús que ejerce funciones consideradas usualmente como divinas, a saber como mediador de la creación; autor de la vida; o Señor de muertos y vivos; que sana a los enfermos y resucita a los muertos; enseña con autoridad especial; perdona los pecados; dispensa el Espíritu, y será juez escatológico en el Gran Juicio final.

2. Proclamando directa o indirectamente un status divino de Jesús: posee ciertos atributos divinos; es preexistente, igual en dignidad a Dios, y es el titular del reino de Dios al igual que el Padre.

3. Aplicando a Jesús expresamente pasajes del Antiguo Testamento reservados a Yahvé. Por ejemplo Jesús es santo como lo es Yahvé, permanece por los siglos como Yahvé, actuó en la creación como Yahvé, etc.

4. De un modo más explícito, aplicando a Jesús títulos que suponen una naturaleza divina: Hijo de Dios, Señor, Alfa y Omega.

¿Qué pensar de los pasajes neotestamentarios que contienen afirmaciones indirectas de la divinidad de Jesús? De ello trataremos el próximo día.

Saludos cordiales, Antonio Piñero.
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