La distorsión de la historia de la investigación sobre Jesús (XV)

Hoy escribe Fernando Bermejo

Como vimos en su momento, un repaso a la literatura disponible sobre la figura histórica de Jesús en el tercer cuarto del s. XX (v. gr. Sandmel, Vermes, Hiers, Brandon, Finkel, Flusser, etc.) basta por sí solo para refutar la validez de la categoría "New Quest" (en lo que sigue: NQ) cuyos rasgos definitorios serían, entre otros, el carácter protestante de sus autores, el uso primario del criterio de desemejanza y el énfasis en la distinción entre Jesús y el judaísmo (para detalles, v. en este blog "La distorsión... IV).

Añádase ahora que sería descaminado (por no decir cínico) intentar defender a capa y espada la noción de "New Quest" aduciendo que el mapa no es lo mismo que el territorio. Sería descaminado, al menos, por dos razones muy claras: a) porque los trabajos que usan la noción de NQ no dan a entender que existió otro tipo de investigación en ese período, y por tanto practican una asombrosa damnatio memoriae, indigna del más elemental rigor académico, y b) porque mejorar el mapa habría sido en este caso algo extremadamente fácil.

Si ahora nos preguntamos a qué intereses puede servir la noción de NQ encontramos de nuevo con que puede estar sirviendo a intereses confesionales, y en dos sentidos:

1) La limitación de la investigación relevante a los bultmannianos sirve para condenar al ostracismo a todos aquellos estudiosos -tanto judíos como independientes- los resultados de cuyas obras no son, o apenas son, compatibles con la visión mayoritaria (v. gr. P. Winter y H. Cohn cuestionaron de manera potente la credibilidad de muchos de los elementos de los relatos evangélicos de la pasión; Brandon argumentó que no parece haber existido un abismo entre Jesús y las posiciones nacionalistas judías; Ben-Chorin o Vermes evidenciaron la distancia entre Jesús y la religión cristiana, etc.)

2) En segundo lugar, la noción de NQ presenta también un interés positivo: tras haber postulado que una obsoleta "Old Quest" fue seguida de una "No Quest", la periodización al uso establecía implícitamente el inicio de la investigación atendible sobre Jesús en una serie de autores cuyo enfoque estaba en obvia consonancia con la visión cristiana tradicional, tendiendo así a ocultar el hecho de que esa investigación debe tanto su inicio como su consolidación a autores a menudo ajenos a intereses confesionales.

Por supuesto, no es nuestra intención decir que la noción de NQ haya sido excogitada con el avieso propósito de engañar, sino sólo que hay indicios suficientes de que una inconsciente agenda teológica anida detrás. Esto es tanto más plausible, cuanto que hemos ofrecido ya argumentos al respecto en el caso de otros dos postulados de la periodización, y que -como veremos- los hay también en el caso de las restantes afirmaciones o presupuestos del modelo historiográfico predominante.

Saludos cordiales de Fernando Bermejo
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