El valor de las versiones latinas antiguas para reconstruir el texto griego del Nuevo Testamento (1) Biblia Latina (IX)

Hoy escribe Antonio Piñero

En este terreno desearía reducirme al campo del Nuevo Testamento que es donde realmente se considera de más valor la aportación de las versiones latinas en el establecimiento del texto originalgriego del Nuevo Testamento, que no otro es el fin de la llamada "crítica textual".

Pero antes permítaseme decir unas palabras, como a vista de pájaro, sobre los testigos, métodos y estado actual de la crítica textual neotestamentaria. Una visión de conjunto puede encontrarse también en el libro Guía para entender el Nuevo Testamento, Trotta 2007, cap. 4.

Los testigos del Nuevo Testamento en comparación con otras obras de la Antigüedad son extremadamente numerosos. De la mayoría de los autores antiguos, griegos y latinos, aunque sean muy importantes, si llegan a tener siete o diez manuscritos de las obras más señeras, ya son felices los investigadores. De algunos, como por ejemplo de los Anales de Tácito, si no me equivoco, sólo hay un manuscrito… e incompleto.

En las últimas décadas se ha enriquecido aún más la colección de manuscritos (o “testigos”) del Nuevo Testamento gracias a las tareas y trabajos del equipo de Bárbara y Kurt Aland (éste ya fallecido), y sucesores, en el Instituto para la investigación del texto neotestamentario de la Universidad de Münster. Equipos de investigadores han buscado por todas las bibliotecas europeas... y se han catalogado, microfilmado y estudiado cuantos manuscritos antiguos hay del Nuevo Testamento.

Hoy día, en números redondos, tenemos los siguientes testigos del Nuevo Testamento (no todos completos; muchos de ellos sólo "evangelios"): unos 116 papiros; 300 manuscritos "unciales" o escritos en letras mayúsculas; casi 2.800 manuscritos en letra minúscula y más de 2.000 leccionarios (textos litúrgicos para ser leídos en los oficios de los domingos, sobre todo). Todo ello hace un total superior a los 5.000 manuscritos, infinitamente más que de cualquier otra obra legada por el mundo grecolatino.

Por lo que respecta a la “colación” (lectura y trascripción del texto en letras de imprenta incluidos todos los errores del manuscrito en cuestión) y estudio paleográfico de este casi inabarcable material, podemos cdonfirmar que estos manuscritos están casi en su totalidad estudiados.

En lo que se trabaja hoy es en precisar las conexiones internas de esos testigos entre sí, de modo que ese número inmenso de manuscritos se reduzca a unas proporciones manejables: por medio del análisis de las variantes en ciertos pasajes determinados, variantes rigurosamente escogidas por sus peculiares características, y pasando los resultados de similitudes y disimnilitudes entre los manuscritos a un computador, se puede hallar el perfil textual de cada manuscrito y agruparlo dentro de familias o grupos textuales afines.

De este modo, lo que se maneja de hecho en los “aparatos críticos” (las notas a pie de página que indican las variantes al texto que se imprime arriba de cada manuscrito o grupo de ellos), son grupos o familias de testigos, aunque las lecturas de ciertos manuscritos o papiros individuales muy importantes se reseñan por separado, es decir, individualmente.

Pues bien, en este ámbito de la crítica textual se presta especial atención hoy día a las versiones antiguas del Nuevo Testamento para la valoración de variantes textuales, y como ayuda a los exegetas a la hora de delinear una historia de la interpretación de las Escrituras, y entre ellas, de un modo especial a la latina. Y ello porque sobre todo las versiones latinas y siríaca son muy anteriores a la mayoría de los manuscritos del Nuevo Testamento que poseemos; en teoría sea acercan más cronológicamente a los originales.

Además, como hemos indicado anteriormente, allí donde la lengua lo permitía se tendía generalmente al literalismo, por lo que estas antiguas traducciones prestan un servicio notable, y como tal se consignan en los aparatos críticos de las ediciones del Nuevo Testamento.

Para valorar concretamente el testimonio de las versiones latinas a la hora de reconstruir el texto griego originario de cada uno de los libros del Nuevo Testamento los estudiosos tienen muy en cuenta las características de la lengua latina en fonética, morfología, sintaxis y estructura general de la lengua, puesto que éstas condicionan la versión literal e impiden a veces lo que el deseo de los traductores: fidelidad máxima y literal. A veces, pues, la literalidad era imposible porque suponía una traducción del grieo al latín casi ininteligible.

Conocidos estos casos, las lectuas de las versiones latinas no se emplean a la hora de valorar variantes en crítica textual. También hay que tener en cuenta la historia y la evolución de la misma Biblia en latín que puede haber influido en la elección de lecturas, por ejemplo, "contaminaciones" de unos evangelios con otros.

Respecto al método concreto de trabajo hay que hacer cuatro consideraciones significativas, que deben siempre señalarse a este respecto, pero como son amplias aludiremos a ellas en la próxima entrega.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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