Hoy escribe Antonio Piñero

Ahora que ha pasado ya un cierto tiempo y que se han calmado las aguas y el revuelo levantado por el libro de José Antonio Pagola sobre Jesús, es cuando me parece conveniente hacer un comentario sobre este volumen, puesto que aborda una serie de cuestiones muy actuales sobre Jesús y que inciden directamente en los temas que sobre el Nazareno hemos ido tratando en este blog. De paso anunciamos también que es mi propósito comentar algunos otros libros sobre Jesús que ya han adquirido el aura de “clásicos”, al menos relativamente y que son pertinentes para dibujar la imagen del Jesús histórico.

Desde luego estoy de acuerdo con J.J. Tamayo en su comentario sobre el libro de Pagola, aparecido en el suplemento “Babelia”, de El País, 16/02/08, pág. 16, cuando muestra su extrañeza de que un libro que muestra a un Jesús tan atractivo y actual, tan asequible e interesante haya provocado un notable rechazo en “algunos obispos y teólogos católicos españoles quienes no han dudado en acusarlo de arriano”.

El resumen que hace Tamayo del libro -breve y escaso por imperativos del formato de un “Escaparate/Libros” en un suplemento que no se caracteriza precisamente por prestar atención a los temas de religión- me viene bien porque señala algunas de las novedades que ofrece el tratamiento de Pagola, y a la vez en mi opinión algunos puntos que son discutibles en el dibujo reconstruido por la crítica, según el mismo Pagola, de la figura del Nazareno.

Así, se habla en esa reseña de Jesús como

• “El fundador del cristianismo”,

• Jesús “no tenía biblioteca”,

• Jesús como maestro heterodoxo que “pone en cuestión la religión convencional”,

• Jesús que “promueve un reino de Dios que no es una realidad espacial, sino como un proyecto de justicia y de compasión para los excluidos del sistema político y religioso”,

• Jesús como creador de un movimiento igualitario de hombres y mujeres sin dominación masculina,

• Jesús amigo de las mujeres. “Su amiga más entrañable es María Magdalena que ocupa un lugar especial en su corazón y en el grupo de discípulos”,

• El motivo de la muerte de Jesús es haber denunciado de raíz el sistema vigente en el Israel de su tiempo y “solidarizarse con los pecadores, prostitutas, enfermos, mendigos…”,

• El libro de Pagola recoge los resultados de la investigación científica más fiable sobre el Jesús histórico,

Todos estos temas son muy interesantes, y creo que merecen una reflexión -fuera ya del ardor de la polémica- y una precisión en lo que sea posible.

Quizá esta ulterior reflexión que nos proponemos hacer ayude a comprender, o mejor a formular, una respuesta plausible al porqué de la extrañeza del comentarista J.J. Tamayo: “No logro entender por qué esta imagen de Jesús que ofrece Pagola ha podido sacar de sus casillas a los guardianes de la ortodoxia católica”.

En principio la respuesta puede ser que Pagola intenta que se abran camino en la vida de los cristianos, no sólo en la universidades católicas, los resultados de la crítica literaria e histórica…, que llevados a una consecuencia natural hacen que se tambaleen los fundamentos de unas ciertas creencias sobre cómo era Jesús y su misión que se mantuvieron casi sin cuestionarse durante dieciocho siglos.

Por otro lado, quizá sea interesante también ver cómo desde el punto de vista de esa misma crítica histórica y literaria la visión de Pagola puede incluso quedarse corta, y en algunos casos hasta fomentar ciertos mitos en torno a una figura un tanto edulcorada de Jesús, mitos que se han ido formando no en la antigüedad, sino más o menos en nuestros días.

Intentaremos dar una respuesta a estas cuestiones según el orden que va sugerido por el tratamiento de los temas en el libro de Pagola.

Saludos cordiales de Antonio Piñero