Dificultades de la argumentación de san Jerónimo sobre la cuestión de "los hermanos de Jesús" (4) (79-05-E- ).

Hoy escribe Antonio Piñero

¿Qué pensar de los argumentos de san Jerónimo en defensa de la virginidad perpetua de María?

En primer lugar, se debe aceptar que es verdad lo que se dice de que en los textos de la versión griega de la Biblia, los Setenta, influidos por un ambiente semítico, la palabra griega “hermano” (adelfós) es de uso amplio, y que puede significar también “primo” o “pariente”. Esta posibilidad no puede excluirse en buena ley.

Pero un margen de duda razonable contra este argumento se obtiene de la convicción siguiente: todos los investigadores serios afirman que los evangelios actuales no están traducidos del hebreo, sino que fueron compuestos directamente en griego y para lectores en esa lengua. Ahora bien, como hemos ya afirmado y ejemplificado con textos, en esta lengua sí existe una palabra propia para “primo” (anepsiós). Si los autores de los Evangelios querían decir “primos”, ¿por qué en casos tan variados ninguno de ellos y nunca emplean este vocablo? ¿Parece concebible que siempre y consistentemente se llame hermanos a los “primos” de Jesús en todo el Nuevo Testamento?

¿No resulta sospechoso que estos tales “primos” o “parientes” aparezcan siempre en esos primeros escritos cristianos junto con la madre de Jesús, su tía en verdad –sin mencionar jamás a su presunta madre verdadera- y con sus “primas” a las que también se llama “hermanas”? Incluso personas de fuera, indiferentes, los llaman hermanos. Esos presuntos “primos” jamás son mencionados en el Nuevo Testamento junto con sus padres naturales (Cleofás/Alfeo y la otra María), sino siempre con María.

Afirmar que tanto esta María, la madre de Jesús, como la segunda María, la mujer de Cleofás/Alfeo, eran hermanas (¿dos hermanas con el mismo nombre sin ulterior precisión, es decir, un nombre compuesto?), que eran viudas y que iban juntas a todas partes de modo que los hijos de la mujer de Cleofás iban a ser llamados continua y exclusivamente “hijos de María” y “hermanos” de Jesús es demasiado suponer.

Parece mucho más razonable y sencillo entender que cuando los evangelistas hablan, o refieren que otros hablan, espontáneamente y sin problemas de los hermanos de Jesús lo hacen con plena conciencia de lo que dicen, es decir, como hermanos en pleno sentido, carnales.

Otros pasajes indirectos del Nuevo Testamento sobre los "hermanos de Jesús"

Hay un par de pasajes más en el Nuevo Testamento que no mencionan directamente a los hermanos de Jesús, pero que arrojan alguna luz al respecto.

El primero, del Evangelio de Mateo 1,25,. Para todo aquel que conozca un poco el griego antiguo y lea este texto en su lengua original no le puede caber la menor duda de que el escritor quiso indicar que María fue virgen hasta que alumbró a su primer hijo, pero que luego José tuvo con ella relaciones sexuales normales.

Desde el punto de vista católico, sin embargo, esta frase de un griego claro se traduce así:

“Y sin haberla conocido dio a luz a su hijo” (Biblia de Jerusalén, edición de 1967, ahora modificada: “Y no la conocía hasta que ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús”).


¿Es arbitraria la primera de las dos traducciones citadas que supone un claro forzamiento del texto original griego? En mi opinión personal sí lo es, pero los intérpretes que la defienden opinan que estamos ante otro caso de un griego influido por la mentalidad semítica subyacente. Tras el “hasta que” se escondería una doble partícula aramea, ad di, que tendría un sentido llamado técnicamente “precisivo”, es decir, el hasta que “prescinde” y no supone que después se realizara la acción antes mencionada. Por tanto: el “hasta que” de Mt 1,25 nada dice sobre si Mateo “conoció” sexualmente, o no, a María después de alumbrar a Jesús.

¿Qué opinar de este argumento? Seguiremos con ello. Saludos cordiales de Antonio Piñero
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