Sobre los hermanos de Jesús (y 6) Otras razones desde el punto de vista católico. Conclusión (79-05-G).

Hoy escribe Antonio Piñero

Concluimos hoy el tema de los "hermanos de Jesús"

Sobre todo los intérpretes católicos defienden también el dogma de la virginidad perpetua de María con otros argumentos que consideramos a continuación. El primero hace referencia al curioso episodio de la pérdida de Jesús al volver de una peregrinación a Jerusalén durante la Pascua (Lc 2,41-52) y del que tratamos en el capítulo anterior. Se dice a este propósito: la participación de María en esa peregrinación no se explica bien -como dijimos, las mujeres no estaban obligadas a ello en el judaísmo- si hubiera tenido hijos más pequeños que cuidar. Luego sólo tenía uno.


El argumento es reversible: ¿Es explicable que una madre amantísima, que solo tiene un hijo, tarde casi un día en caer en la cuenta de que se le ha perdido? Parece, por el contrario, plausible que si su mente estaba ocupada cuidando a los más pequeños no tuviera problema especial en pensar que su hijo mayor, Jesús, estaba en el grupo de algún amigo o pariente. Sólo por la noche, al reunirse la familia, pudo caer en la cuenta de su ausencia.

El segundo razonamiento es el siguiente: jamás en el Nuevo Testamento se habla de “hijos de María” o “hijos de José”, sino sólo de María y los “hermanos” de Jesús.

No creo que este argumento sea de gran peso: también en el Nuevo Testamento se habla de Jesús como “hijo de José” (Lc 3,23; 4,22; Jn 1,45; 6,42) sin que de ello deduzcan estos intérpretes una paternidad física del patriarca respecto a Jesús. Suficientemente claro es decir continuamente “su madre y sus hermanos”, “sus hermanas”… ¿Se puede pedir que se especifique aún más?

El tercero se refiere al momento solemne de la muerte de Jesús (Jn 19,26s) del que también hemos tratado en el capítulo anterior. Se argumenta: Si hubiera tenido más hermanos, no se entiende que un Jesús moribundo hubiera encomendado el cuidado de su madre a un discípulo y no a uno de sus otros hermanos, hijos de la misma madre.

Aparte de que este texto no es rigurosamente histórico, como hemos dicho en alguina ocasión, y que debe interpretarse simbólicamente según la teología del Cuarto evangelista, la respuesta más cercana a este razonamiento podría ser: ¿cómo podemos saber que los otros hermanos de Jesús, ya adultos, independientes, y probables padres de familia, podían estar en Jerusalén en el momento de la muerte?

Por otro lado, de los mismos Evangelios queda en apariencia claro que Jesús no se llevaba bien con ellos. Los textos a los que se puede aludir como prueba son Mc 3,20:

“Jesús […] está fuera de sí”,


y 6,4:

“Jesús les dijo: “Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio”.


Conclusión

Teniendo en cuenta, como arriba hemos sostenido:

· La opinión general de la Iglesia antigua,

· Que la teoría de los “hermanastros” de Jesús -defendida por el evangelio apócrifo llamado Protoevangelio de Santiago, del siglo II- carece de valor histórico,

· Que va en contra de los datos que se desprenden del conjunto del Nuevo Testamento e incluso del Evangelio mismo de Mateo,

· Que la hipótesis de san Jerónimo –“primos en vez de hermanos”- tiene muchas dificultades y que hoy día sólo es defendida por exegetas católicos, y no por todos,

me atrevo a opinar que la interpretación más simple y natural de la expresión los “hermanos de Jesús” desde el punto de vista de la historia y de la filología es entenderla de modo normal y espontáneo, como “hermanos en pleno sentido, carnales”.

Nos parece que tanto la historia de la antigua Iglesia como la sencillez de los textos del Nuevo Testamento y el uso del griego de la época así lo recomiendan. Creemos que en esto tienen más razón los intérpretes protestantes que los católicos.

Saludos cordiales de Antonio Piñero
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