El ansia de la salvación en la Antigüedad tardía (época cristiana)

Hoy escribe José Montserrat

Tanto porfiaron órficos y platónicos en la inmortalidad del alma que al final la gente se lo creyó. El mundo helenístico-romano vivía preocupado por el destino del alma individual. De acuerdo con las ideas cosmológicas vigentes, el alma ya desencarnada tenía que atravesar los círculos planetarios para alcanzar su destino último: salvación, reposo, deificación... Según las creencias religiosas preponderantes, cada órbita planetaria estaba custodiada por un démon (daimon) o arconte, no necesariamente malo pero si intratable. Este ángel tenía el encargo de verificar los títulos o méritos de cada alma ascendente, para dilucidar si estaba autorizada a viajar hasta el último cielo, la ogdóada (círculo de las estrellas fijas) o más allá (empíreo). Por esto tales vigilantes son denominados ocasionalmente telones, aduaneros.

Para asegurar la superación de estos exámenes planetarios, los maestros de espiritualidad enseñaban a los iniciados una "fórmulas", "claves" (en inglés "passwords") o también “contraseñas” que las almas tenían que recitar al encontrarse con los arcontes. En las tabletas órficas halladas en Petelia hay algunas de estas fórmulas.

Los textos gnósticos manifiestan una gran preocupación por este tema. Los intérpretes actuales indagamos en ellos doctrinas metafísicas, trinitarias, cristológicas... Las hay, ciertamente, pero el lector atento y sin prejuicios constatará que la gran preocupación de los autores, y por ende de los destinatarios, es el destino personal del gnóstico, su salvación, y en particular su proceso de ascensión a través de las esferas planetarias. El gnóstico ha abandonado el cuerpo en el mundo sublunar, y ahora su complejo alma-espíritu asciende a través de las esferas planetarias hasta la ogdóada. Aquí se despojará del alma y entonces su espíritu entrará en la “cámara nupcial”, antesala del Pleroma, donde tendrá lugar su desposorio con el Logos. Al final de los tiempos todos los espíritus rescatados entrarán conjuntamente en el Pleroma.

En esta entrega me limitaré a ofrecer unos ejemplos y describiré brevemente los documentos gnósticos que tratan de la “psicanodia” (del griego psyché, “alma” y hódos, “camino”) , es decir, de la ascensión del alma. Estoy preparando una comunicación sobre este tema para la Journée d'Études Coptes que tendrá lugar en Roma en junio de 2009. Cuando la tenga terminada podrá ser insertada en este blog, pues la publicación de las actas de esta reuniones tarda unos tres años.

1. Evangelio de Tomás, NHC II 2; logion 50. Breve diálogo del alma con los arcontes, con "fórmulas" parecidas a las de los marcosianos de Ireneo

Dijo Jesús: Si os preguntan: ¿de dónde venís?, decidles: Hemos salido de la Luz, de donde la Luz ha procedido de sí misma, se ha mantenido y se ha revelado en sus imágenes. Si os preguntan: ¿quiénes sois?, decid: Somos sus hijos y somos los elegidos del Padre viviente. Si os preguntan: ¿cuál es el signo de vuestro Padre en vosotros?, decidles: Es un movimiento y un reposo.


2. Evangelio de María, BG 8502-1; 15-17. Ascensión del alma a través de la cuarta y la quinta potestades; interrogaciones de los arcontes y "fórmulas" de respuesta.

P. 15 ...a él, y la Concupiscencia dijo: "No te he visto bajar y ahora te veo subir. ¿Por qué mientes, si me perteneces?" El alma respondió diciendo: "Yo te he visto, pero tú no me has visto ni me has reconocido. Por la vestimenta, que era tuya, y no me reconociste" . Una vez dicho esto, (el alma) se apartó con gran alegría | y seguidamente cayó en manos de la tercera potestad, la llamada Ignorancia. Ésta interrogó al alma diciendo: "¿A dónde vas? En maldad estás atenazada; puesto que estás dominada, no juzgues". El alma dijo: "¿Por qué me juzgas tú a mí, si yo no te he juzgado? Yo he sido dominada, pero no he dominado. No he sido reconocida, | pero he sabido que el universo está siendo disuelto, tanto en las cosas terrenales P. 16 como en las cosas celestiales" .

Una vez el alma hubo sobrepasado la tercera potestad, continuó ascendiendo y divisó la cuarta potestad, la de siete formas. La primera forma es la tiniebla; la segunda, la concupiscencia; la tercera, la ignorancia; la cuarta, la envidia de muerte; la quinta, el reino de la carne; | la sexta, la loca inteligencia de la carne; la séptima, la sabiduría irascible . Éstas son las siete potestades de la ira, las cuales preguntan al alma: ¿De dónde vienes, homicida? ¿A dónde vas, dueña del espacio?" El alma respondió diciendo: "Lo que me ata ha sido matado y lo que me atenaza ha sido aniquilado, y mi concupiscencia | se ha disipado y mi ignorancia ha perecido. A un mundo he sido precipitada P. 17 desde un mundo, y a una imagen desde una imagen celestial. La ligadura del olvido dura un instante. En adelante alcanzaré el reposo del tiempo, del tiempo, (el reposo) de la eternidad, en silencio".


3. Apocalipsis de Santiago del Códice de Miniah II; 20-21 El alma detenida e interrogada por los arcontes. "Fórmulas" o "redenciones" como contraseñas, paralelas a las de los marcosianos de Ireneo. (= I Apocalipsis de Santiago, Biblioteca de Nag Hammadi V 3).

Y Jesús le dijo: “Mira, te manifestaré tu redención. Cuando te hayan aprehendido, soportarás estos sufrimientos. Una muchedumbre se armará contra ti para prenderte a causa de tu palabra con autoridad. Particularmente tres de ellos te prenderán, los que residen allí sentados en un mismo lugar como recaudadores, quienes no sólo exigen contribución por los pecados, sino que también arrastran y arrebatan las almas. Si caes en su poder, uno de ellos, el que es su vigilante, te dirá: ‘¿Quién eres tú y de dónde eres?’. Le responderás: ‘Soy un hijo y soy del Padre’. Te dirá: ‘¿Qué clase de hijo eres y a qué padre perteneces?’. Y le dirás: ‘Soy del Padre que es preexistente, y de un Hijo que existe en el Preexistente’. Y te dirá: ‘¿De dónde vienes?’. Y le dirás: ‘Del Preexistente’. Y [te] preguntará: ‘¿Por qué has venido?’. Contestarás: ‘He venido por todo lo que es mío y por lo que no es mío’. Y dirá: P. 21 ‘¿Por qué has venido tras estas cosas, que no son tuyas?’. Le dirás: ‘No me son totalmente ajenas, sino que son de Achamot, que es la Mujer y las ha creado para ella misma. Y ha producido estas cosas cuando alumbró a esta generación que procede del Preexistente . No son, pues, cosas ajenas, sino que son mías. Son mías indudablemente, porque la que es su dueña pertenece al Preexistente. Pero son cosas ajenas en tanto que el Preexistente no ha tenido comunicación con ella cuando las generó’. Cuando igualmente te diga: ‘¿A dónde irás ahora?’, le dirás: ‘Iré a los que son míos. Al lugar desde dónde he venido’. Y si dices esto, te salvarás de todos ellos. Si empero, caes en las manos de [estos] tres guardas, [que] prenden las almas en este lugar, habrá sin duda una gran contienda, si les dices a éstos lo siguiente: ‘Yo soy un vaso que es más precioso que Achamot, la mujer que os generó. P. 22 Y si vuestra madre ignora su propia raíz, ¿cuándo llegaréis a estar sobrios ? Pero yo he invocado a la incorruptible Sabiduría, que existe en el [Padre], que es la madre de Achamot, pero su pareja [no había] obrado correctamente [junto con] su consorte. Os produjo sin varón, estando sola (y) en ignorancia de su Madre, ya que pensaba que existía ella sola. Pero yo clamaré a su Madre’. Y entonces todos ellos se turbarán y censurarán a su raíz y a la generación de su madre. Tú, [empero], ascenderás hacia las que son tus raíces, los lazos que son tus lazos.


Otros textos gnósticos que tratan de la “psicanodia” son:

1. Ireneo, Adversus Haereses I 21,3. Sobre los marcosianos, de obediencia valentiniana. Reseña dos fórmulas, denominadas "redenciones", para recitar ante los arcontes aduaneros.

2. Orígenes, Contra Celso, VI 31. Gnósticos "ofianos", vagamente setianos. Describe las esferas planetarias, sus arcontes y menciona las "fórmulas".

3. Evangelio de la Verdad, NHC I 3; pp. 20,30-34. Breve alusión a la ascensión de Cristo a través de "las regiones vacías de los terrores".

4. Evangelio de Judas, Códice de Miniah III; 46,5 - 47,1. Una de las páginas más discutidas del Ev. Jud. Los fautores del "Judas arcóntico" leen en esta página una neta declaración de Jesús excluyendo a Judas del mundo superior espiritual. Por mi parte interpreto esta página en paralelo con el pasaje de Jacobo citado en el apartado anterior: Judas interroga a Jesús acerca de su ascensión escatológica y de su encuentro con los arcontes; Jesús le anuncia que los arcontes lo detendrán para interrogarle y para impedirle la ascensión.

5. Carta de Pedro a Felipe, Códice de Miniah I; 3,3-10. Los discípulos interrogan a Jesús acerca de la ascensión de ellos y su encuentro con los arcontes. (=NHC VIII 1).

6. Evangelio de Felipe, NHC II 3; 65,28 - 66,5: el espiritual no puede ser aferrado por los arcontes.
70,5-7: lo mismo, con alusión a la cámara nupcial. Ver también 76,22-25.

7. Diálogo del Salvador, NHC III 5. Toda la obra gira en torno al tema del mundo arcóntico, su relación con los espirituales y la psicanodia. Entre los dialogantes están María Magdalena y Judas.

8. Apocalipsis de Pablo, NHC V 2; 21,22 - 24,5. Encuentro del alma con los arcontes, desde el cuarto cielo hasta el séptimo. "Entrégale la señal que está en tu mano".

9. Enseñanza autorizada, NHC VI 3; 28,21-30. Breve alusión al alma que escapa de los "enemigos" en su ascensión.

10. Asclepio, NHC VI 8; 76,21- 77,28. Tarea del arconte "inspector" (griego epískopos) que examina a las almas ascendentes. Véase Poimandres, Corpus Hermeticum I 24 y 26.

11. Zostriano, NHC VIII 1; 4,15ss. Ascensión mística del vidente, con alusión a los arcontes.

Saludos cordiales de José Montserrat



ANEXO

Con permiso de mi colega José Montserrat, me permito añadir un texto muy signficativo al respecto que es un poco más tardío, quizá de finales del siglo III. Se trata de un pasaje del El libro del gran discurso iniciático -también conocido como Libro de Yeú, un "diálogo de revelación", o evangelio gnóstico, compuesto en griego y traducido al copto en el siglo IV en Egipto:


Fórmulas para atravesar los reinos de los arcontes y llegar hasta el Reino de la Luz

Habla Jesús:

Oíd que ahora os digo sus justificaciones con las que les daréis justificación. Cuando salgáis del cuerpo y alcancéis el primer eón, y los arcontes de este eón se presenten ante vosotros, sellaos con este sello: ‘Éste es su nombre, Zôzezê’; decidlo sólo una vez. Retened esta cifra en vuestras dos manos.

Cuando hayáis concluido de sellaros con este sello y hayáis dicho su nombre una sola vez, decid también estas justificaciones: ‘Retiraos proteth persomphôm choys, vosotros arcontes del primer eón, porque os llamo, Êaza zêôzaz zôzeôz’. Cuando los arcontes del primer eón oigan estos nombres sentirán pavor, se retirarán y huirán a poniente, hacia la izquierda y vosotros ascenderéis.

Cuando alcancéis el segundo eón, Choyncheôch aparecerá frente a vosotros. Sellaos con este sello: ‘Este es su nombre’, que debéis decir una sola vez, ‘Thôzôaz’. Retened esta cifra en vuestras dos manos P. 128. Cuando hayáis concluido de sellaros con este sello y hayáis dicho su nombre una sola vez, decid asimismo estas justificaciones: ‘Retírate, Choyncheôch, oh arconte del segundo eón, porque os llamo, Êzaôz zôêza zôozaz’. Igualmente los arcontes del segundo eón se retirarán y huirán a poniente, hacia la izquierda y vosotros ascenderéis.

Cuando alcancéis el tercer eón, aparecerán delante de vosotros Yaldabaot y Choychô. Sellaos con este sello: ‘Éste es su nombre, zôzeaz’, decidlo una sola vez. Retened esta cifra en vuestras manos. Cuando hayáis concluido de sellaros con este sello y hayáis dicho su nombre una sola vez, decid también estas justificaciones: ‘Retiraos Yaldabaot y Choychôchôzôz’. Igualmente los arcontes del tercer eón se retirarán y huirán a poniente, hacia la izquierda y vosotros ascenderéis.

Cuando alcancéis el cuarto eón, aparecerán delante de vosotros Samaelo y Chôchôchoyla. Sellaos con este sello: ‘Éste es su nombre, Azôzêô’, decidlo una sola vez. Retened esta cifra en vuestras manos. Cuando hayáis terminado de sellaros con este sello y hayáis dicho su nombre una sola vez, decid también estas justificaciones: ‘Retiráos, P. 129 Samaelo y Chôchôchoyla, vosotros arcontes del cuarto eón, porque os llamo, Zôzêza chôzôzazza zazêzô’. Cuando hayáis terminado de decir estas justificaciones los arcontes del cuarto eón se retirarán al poniente hacia la izquierda. Vosotros, sin embargo, ascenderéis.

Cuando alcancéis el quinto eón os enfrentarán Ialthô junto con Aiôka y Psôal. Sellaos con este sello: ‘Éste es su nombre, Azêôza’. Decidlo una vez solamente. Retened en vuestras manos esta cifra. Cuando hayáis concluido de sellaros con este sello y hayáis dicho su nombre una sola vez, decid también estas justificaciones: ‘Retiráos Ialthô aiôch aisôal, porque os llamo Zômaêôzêgôaz zôôôzê’. Cuando hayáis terminado de decir estas justificaciones los arcontes del quinto eón se retirarán y huirán a poniente, hacia la izquierda. Vosotros, sin embargo, ascenderéis.

Cuando alcancéis el sexto eón que se denomina ‘el pequeño Medio’ -puesto que pertenece a los seis que han creído, y los arcontes de estos lugares tienen una bondad pequeña en su interior, pues los arcontes de estos lugares han creído- se os enfrentarán Zôzaôch chôzôazaô ôbaôth, los arcontes del pequeño Medio, pensando que acaso P. 130 vosotros no habéis recibido los misterios. Decid el misterio y sellaos con este sello, que es así: ‘Éste es su nombre’, decidlo una sola vez, ‘Zachôôômazoz’. Retened esta cifra en vuestras manos. Cuando hayáis concluido de sellaros con este sello y hayáis dicho su nombre una sola vez, decid también estas justificaciones: ‘Retiraos Zôzaôcha chôzôazaô ôbaôth, vosotros arcontes del pequeño Medio, porque hemos recibido el misterio de los doce eones y sus justificaciones, por esto os llamamos zôzaêza chôzaez achôzôêz.


(PP. 127-130 del manuscrito del Segundo libro de Yeú). Traducción de Francisco García Bazán, La Gnosis eterna I. Trotta, Madrid, 2003, p. 330

Saludos de Antonio Piñero

www.antoniopinero.com
Volver arriba