Jesús “sin esposa ni hijos” (¿?). Así Pagola p. 57 (79-06-A )

Hoy escribe Antonio Piñero

Seguimos comentando el capítulo 2 “Vecino de Nazaret” del libro de J.A. Pagola, “Jesús. Aproximación histórica”

En la p. 57 afirma Pagola en el ladillo que introduce una nueva sección de ese capítulo “Sin esposa ni hijos”; y unas líneas más tarde afirma taxativamente “Jesús no se casó”.

Me parece que tal afirmación no puede hacerse de un modo tan tajante. Lo único que podemos afirmar –a la vista de las fuentes- es que quizá sea probable que en su vida pública –no antes- Jesús no estuviera ligado a una familia. Nada más. Como el caso se muestra interesante, me parece oportuno examinar esta cuestión con un poco más de profundidad que la que aparece en el libro de Pagola. No podemos afirmar ni siquiera la posibilidad de que Jesús sintiera una “llamada” divina como la del profeta Jeremías (15,17: “No me senté en peña de gente alegre y me holgué: por obra tuya, solitario me senté, porque de rabia me llenaste”) que le invitaba al celibato.

Tampoco se pude sostener que “la vida célibe de Jesús no se parece tampoco a la del Bautista, que abandonó a su padre Zacarías, sin preocuparse de su obligación de asegurarle una descendencia para continuar la línea sacerdotal”, porque esta afirmación está basada en Lc 1-2, cuyos elementos son a todas luces legendarios: se basan en leyendas sobre Juan Bautista recogidas probablemente por Lucas de círculos de seguidores de este profeta y luego utilizados para componer una historia de las circunstancias de la concepción e infancia de Jesús. Ni hay constancia histórica alguna de que Juan Bautista y jk fueran primos, etc.

Los evangelios de la infancia canónicos concluyen con la vida de Jesús hasta una edad de doce años (Evangelio de Lucas). De los años siguientes Mateo calla y Lucas dice solamente:

Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres (Lc 2,51-52).


Desde ese momento hasta aproximadamente los “treinta años” (Lc 3,23; si Jesús nació durante el reinado de Herodes el Grande –muerto el 4 a.C.- y su muerte se sitúa con probabilidad en la Pascua del año 30 d.C. según el cómputo actual, esta afirmación de Lucas parece correcta; es probable que Jesús tuviera unos 33 o 34 años al inicio de su vida pública) los evangelios canónicos no dicen absolutamente nada de la vida personal de Jesús, a saber si estuvo, o estaba, en ese tiempo casado, soltero o viudo. Por tanto, no tenemos fuente canónica alguna para responder a la pregunta si Jesús se casó o no en lo que se refiere a la vida oculta de Jesús, a favor ni en contra.

Dicho más claramente: respecto a la vida oculta de Jesús lo mismo se puede decir que Jesús se mantuvo célibe, o que se casó y luego dejó a su familia para comenzar su vida pública itinerante, o que era viudo cuando inició ésta. No hay pruebas para sostener razonablemente ninguna de las tres hipótesis.

Respecto a la vida o ministerio público –de uno a tres años, según los Sinópticos (Jesús celebró sólo una Pascua en Jerusalén antes de morir) o el Cuarto Evangelio (Jesús celebró tres Pascuas antes de morir)- apenas si llegamos a barruntar más que indicios, que se deben examinar cuidadosamente.

Los Evangelios apócrifos, sobre todo los gnósticos, sí nos dan más “pistas” para responder a esta cuestión, pero la posible relación amorosa de Jesús con María Magdalena (Evangelio de Felipe), o con Salomé (Evangelio de Tomás gnóstico) debe examinarse cuidadosamente… y ya a priori esta opción –dado el carácter de estas pretendidas fuentes históricas es más que discutible.

Aunque casi todos los que rodeaban a Jesús eran casados, acabamos de afirmar que los textos evangélicos aceptados por la Iglesia nada dicen de modo expreso de un matrimonio de Jesús o de Juan el Bautista; más bien existe una tradición secular de las iglesias cristianas que afirma que Jesús era célibe. Pero esto es sólo una tradición muy posterior a Jesús.

Comencemos nuestro tratamiento de este tema con la proposición contraria a la del celibato de Jesús, para luego considerar las posibilidades históricas de éste (que sostengo son mayores que las de su contraria para la vida pública de Jesús).

Las razones que suelen esgrimirse para defender que Jesús estuvo casado durante su vida pública son las siguientes:

1. El judaísmo en tiempos de Jesús defendía con vigor que no casarse, “no procrear”, era como un asesinato implícito, “mancharse las manos de sangre”, no contribuir a la obra creadora divina. Los rabinos especialmente, -y Jesús lo era- se veían particularmente afectados por esta norma: debían contraer matrimonio obligatoriamente.

2. El silencio del Nuevo Testamento ha de entenderse a favor de la regla normal del judaísmo de la época. Considerada la actitud de Jesús muy positiva respecto al matrimonio, el silencio ha de entenderse como que estuvo casado.


Analizaremos estas posibilidades otro día. Saludos cordiales de Antonio Piñero.

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