"Eunucos por amor al reino de los cielos" (79-06-G)

Hoy escribe Antonio Piñero

Concluimos hoy el comentario a la afirmación de la p. 57 del libro de J.A. Pagola: “Jesús no se casó” y que ha dado para varias postales.

Me parece que el argumento más fuerte en el sentido de favorecer un posible celibato de Jesús puede ser la extraña sentencia recogida en Mt 19,12:

Hay otros que se hicieron a sí mismos eunucos por amor al Reino de los cielos.


En general los críticos aceptan este dicho como auténtico, aunque sólo aparezca testimoniado en Mateo, y su situación exacta en la vida del Nazareno sea imposible de determinar. Los argumentos a favor se deducen tanto por la dificultad de pensar que la comunidad primitiva lo hubiera forjado ella misma, como por coherencia con el ambiente vital de la predicación de Jesús y su predicación del Reino.

Los intérpretes suponen que Jesús se aplicaba a sí mismo y a algunos de sus discípulos esta frase, que significaría: ante la inminente venida del reino de Dios hay gente en Israel que ha elegido renunciar a tener mujer. Jesús sería, pues, viudo o no casado para guardar la mayor apertura posible a las exi­gencias perentorias del gran momento -disponibilidad de ánimo, fácil traslado de lugar por necesidades de la predicación, huída de peligros, etc.-, aunque sin duda no porque el casarse fuera estrictamente malo en sí respecto a las exigencias para la gente normal antes de la llegada del reinado de Dios.

Conclusión

El conjunto de textos y consideraciones que hemos reunidos hasta aquí hace, pues, probable –aunque no probado- respecto a su vida pública (de los demás períodos nada sabemos) que Jesús no estuviera casado, o bien que hubiera dejado a su familia o bien que fuera viudo. Ante esta posibilidad adquieren plena luz las advertencias de Jesús sobre las mujeres embarazadas, las estériles, o ya sin hijos, en los momentos de angustia antes de la llegada del Reino, que hemos visto más arriba.

Podemos suscribir bien el juicio ponderado de J. P. Meier en su conjunto:

“En suma, no podemos tener una absoluta certeza sobre si Jesús estaba o no casado. Pero los varios contextos… en el Nuevo Testamento y en el judaísmo señalan como hipótesis más verosímil la de que Jesús permaneció célibe por motivos religiosos” (I 353-354).


El silencio del Nuevo Testamento al respecto cobra, pues, pleno sentido.

Habrá muchos lectores, sin embargo, que no se sientan convencidos por la argumentación expuesta en la serie presente y a quienes les parezca que ciertos pasajes de algunos evangelios apócrifos destacados por recientes novelas y libros que hablan “del secreto mejor guardado del cristianismo primitivo” les resulten más convincentes.

Pero de ello habrá que tratar en otra ocasión

Saludos cordiales de Antonio Piñero.

www.antoniopinero.com
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