Las laminillas órficas de oro (I)

Hoy escribe Fernando Bermejo

El libro de Alberto Bernabé Hieros logos. Poesía órfica sobre los dioses, el alma y el más allá, publicado en Akal en 2003 (al que alguno de nuestros lectores se ha referido alguna vez en sus comentarios) es una obra muy útil que contiene los textos fundamentales de la literatura y la religión órficas, en traducción castellana y con las necesarias explicaciones efectuadas por un experto de la talla de Bernabé.

Hoy quiero comentar brevemente las “laminillas de oro”, al que Bernabé dedica un amplio capítulo, y sobre el que escribió en 2001, con Ana Isabel Jiménez San Cristóbal, la obra Instrucciones para el Más Allá. Las laminillas órficas de oro (del que se está preparando actualmente una edición inglesa).

Las denominadas “laminillas (órficas) de oro” constituyen unas laminillas de ese metal de pequeño tamaño, escritas con letra minúscula y halladas en tumbas de lugares muy diferentes, especialmente en la Magna Grecia, Tesalia y Creta. Habitualmente contienen referencias al otro mundo, aportando ciertas indicaciones sobre su geografía y consejos para ayudar a las almas a encontrar una situación especial en el más allá. El personaje que se dirige al difunto para proporcionarle orientaciones podría ser incluso concebido como el propio Orfeo.

Son textos especialmente interesante para introducirse en el mundo del orfismo, y ello por varias razones. En primer lugar, son textos procedentes con seguridad de los propios órficos, y no testimonios de segunda mano. En segundo lugar, cubren un amplio arco temporal (unos siete siglos), siendo algunas de ellas notablemente antiguas: la de Hiponio, en Calabria, se data en torno al 400 a.e.c. (la más reciente hasta ahora, aparecida en Roma, es datable ca. 260 e.c.). En tercer lugar, en general presentan una considerable unidad, siendo testimonio de la existencia de concepciones comunes.

El próximo día veremos algunos textos.

P.D.: Pido disculpas al lector cuya pregunta acerca del “Sello de Berlín” no respondí a tiempo, aunque debo declarar que las perplejidades del lector son también las mías. A la pregunta acerca de qué tipo de fiel pudo asociar la crucifixión al mundo órfico no tengo una respuesta segura ni definida. Los procesos psicológicos que pudieron llevar a efectuar tal asociación de tipo sincrético se me escapan (¿podría considerarse plausible, como señala otro amable lector, un influjo del tropaeum? La idea del sufrimiento y muerte del dios, que es común a las tradiciones órfica y cristiana, ¿bastaría para explicar que un pagano hiciera la asociación? Si pudo haber una transvaloración de la cruz en ámbito judío-cristiano, ¿no pudo haberla acaso en ámbito pagano?). Agradezco de veras al lector sus preguntas, que estimulan ciertamente la investigación.

Saludos cordiales de Fernando Bermejo
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