Con estas sencillas palabras, habituales por este rincón, vamos a dedicar unos minutitos de música a la Virgen. Palabras sencillas pero música impresionante, de un maestro que todo lo que escribía lo hacía de forma intensa. Hace poco escuchamos música de él pero tiene tanta calidad que no nos cansamos de ella. Hoy vamos a disfrutarla una vez más.

Hoy te traigo música de Franz Liszt (1811-1886), maestro austríaco nacido en Raiding. Hace muy pocos días te traje una anécdota de él y aquí van algunas otras. Una tarde estaba tocando el piano y casi le dio un síncope cuando vio que su patrón, el emperador Alejandro de Rusia, conversaba con alguien durante la interpretación. Liszt no dudó en dejar de tocar el piano y abandonar el escenario. Alejandro le preguntó a Liszt por qué lo había hecho y este dijo: "Cuando el emperador habla los demás tenemos que callar". Otra más. Se cuenta que asistió a un concierto en el que Berlioz dirigió su "Marcha al patíbulo" de su "Sinfonía fantástica" que acababa de componer. Cuando terminó, Liszt se sentó al piano y tocó un arreglo de la música para piano, que se acababa de inventar. Cuenta que incluso el propio Berlioz quedó maravillado por la audacia y los efectos que consiguió Liszt.

De este curioso maestro te traigo hoy su Ave Maria en Re Mayor S. 38. Está compuesto para coro y órgano. Fue compuesto en 1869 y está dedicado a Jessie Laussot. La obra estaba pensada para que fuese interpretada por la Sociedad Coral Cherubini de Florencia. Como puedes ver, Liszt hace uso de la masa coral casi como quiere, consiguiendo una obra soberbia, llena de lirismo, de profundidad, de emoción pero también de fuerza. En ella se aprecian las audacias armónicas a las que nos tiene acostumbrados este maestro. En fin, una obra para disfrutarla como Dios manda.

La partitura de la pieza puedes conseguirla aquí.

La interpretación es del Coro Musica Sacra Lockenhaus dirigido por Wolfgang Horvath y con Robert Kovács al órgano.