Bach, coral BWV 656



¡Feliz domingo! ¿Qué mejor forma de inaugurar el mes de julio que con música de Bach? Un mes que comience con este maestro de la mano es un mes que tiene que ir bien. Si hoy, además, comienzas tus vacaciones espero que las disfrutes. Para acompañarnos en estas fechas veraniegas vamos a disfrutar hoy de una composición impresionante que salió de la mano maestra de este sabio compositor. La composición es bastante curiosa por su estilo. ¡Bach siempre sorprendiéndonos!

Una vez más vamos a pasar un buen rato en compañía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. El nombre de Bach ha dado, da y dará pie a multitud de facetas, de forma que la vida y obra de este maestro puede verse como un caleidoscopio. De hecho, hasta desde el punto de vista musical su nombre, literalmente, también está formado por notas. En notación alemana B es si bemol, A es la, C es do y H corresponde al si natural, por lo que el nombre de Bach da lugar a un motivo de cuatro nota que hasta él mismo usó, por ejemplo, en «El arte de la fuga». Otros compositores más tarde sacarían partido de este motivo y compondrían grandes obras. Maestros reconocidos como Schumann, Brahms, Liszt, Schoenberg, Poulenc, Dallapiccola o Penderecki han compuesto obras usando esos cuatro sonidos a que da lugar el nombre de Bach. Sin duda, Bach no deja de sorprendernos.

Y hoy lo va a hacer con este O Lamm Gottes unsschuldig, BWV 656. Es un coral que está embutido dentro de una serie de tres variaciones, y que es una paráfrasis alemana del agnus dei. Brevemente, en tres estrofas, se nos cuenta cómo Jesús murió en la cruz por nuestros pecados. La primera es repetida dos veces y la melodía de la tercera y cuarta líneas es la misma, por tanto, vemos cómo está presente la repetición en esta obra. A continuación Bach presenta la melodía tres veces en notas largas: en la mano derecha, en la izquierda y en el pedal. Precisamente este conduce a un cambio cromático que usa Bach para volver al ritmo inicial, lleno de serenidad y paz. Una maravilla en la que casi parece que Bach intenta imitar a los maestros neerlandeses o quizá del norte de Alemania.

La partitura de la obra puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Ton Koopman al órgano Müller de la Grote Kerk de Leeuwarden (Holanda).

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