Bach, coral BWV 706

¡Feliz domingo! En este primero de Cuaresma, todo todos los del año, el fondo musical lo va a aportar la música de Bach; en este caso, se trata de la de órgano, porque es la que nos ocupa en el recorrido por su catálogo BWV. La verdad es que podemos afirmar que la música de Bach es una buena compañera en nuestra vida. Si te fijas, es bastante habitual que, cuando entras en una iglesia, suene la música del maestro, la sea en directo o enlatada. Es el poder de una música con poder.

De nuevo, un ratito en compañía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Creo que alguna vez te he comentado que quien dio comienzo a la amplísima dinastía Bach fue Veit Bach. No era esta ancestro músico sino panadero y molinero. Veit Bach era tatarabuelo de Johann Sebastian. Parece ser que procedía del reino de Hungría, controlado por los Habsburgo, que eran católicos. Veit Bach era protestante por lo que se vio azotado por las luchas religiosa y le hizo emigrar a Wechmar, en Turingia, y desde entonces el apellido Bach quedaría asociado a esta región del centro de Alemania. La familia decidió seguir viviendo en esa localidad hasta que el abuelo de Bach decidió mudarse da Erfurt debido a que encontró un trabajo mejor. Igual hizo el padre de Bach, pero en este caso lo hizo a la ciudad de Eisenach. Y allí nació nuestro Bach, Johann Sebastian, músico inmortal y universal donde los haya quizá el único al que podemos calificar como tal.

Hoy le toca el turno al coral «Liebster Jesu, wir sind hier», BWV 706. Es probable que la obra fuese compuesta en su época de Weimar, aunque quizá pudiese haber sido originada antes, hacia 1703. En total, el maestro compuso cinco corales con esta melodía. Se trata de una composición breve, alejada de sus grandes preludios corales. Quizá esa era la intención: tratar el tema de forma leve y casi celestial, adaptándolo en una forma que se hiciese totalmente reconocible para quienes lo escuchasen. La melodía aquí está entremezclada en este ambiente etéreo, que a la vez es solemne y agradablemente reverencial. El cantus firmus coral es presentado de una forma bastante directa, lenta, con un contrapunto que lo arropa y se integra perfectamente dentro de su estructura.

La partitura de la pieza puedes conseguirla aquí.

La interpretación es de Kay Johannsen al órgano.

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