¡Feliz domingo! Aun en vacaciones el tiempo vuela y ya casi hemos llegado a mediados de este mes de julio. Es posible que eso suponga que terminan tus vacaciones, o bien que empiezan. Sea lo que sea, espero que lo estés disfrutando y sobrellevando bien. Para contribuir a ello te traigo, como todos los domingos, música de Bach, que siempre es una corriente de aire fresco para todos nuestros sentidos, como es habitual en él.

De nuevo, vamos a conocer algo de la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. En el otoño de 1705 el maestro viajó desde Arnstadt hasta Lúbeck (casi cuatrocientos kilómetros) para conocer y aprender del gran Dieterich Buxtehude, que era organista allí, cosa que también hicieron Handel y Telemann. Se cuenta que en maestro de Lübeck le propuso a Bach casarse con su hija si quería ser su sucesor, pero lo rechazó. Allí Bach copió muchas obras de Buxtehude y se las llevó de vuelta a Arnstadt por lo que podemos decir que el viaje fue muy fructífero. Tanto que se quedó más tiempo del que le habían permitido y a su vuelta fue reprendido, algo que motivó que Bach se trasladase luego a Mülhausen. Los preludios para órgano de Buxtehude ejercieron una gran influencia sobre el joven Bach, e incluso se dice que el conjunto de variaciones llamadas «La Capricciosa», compuesto por Buxtehude, fue el origen de las famosas «Variaciones Goldberg» del de Eisenach.

Seguimos con las obras para órgano del maestro. Hoy le llega al turno al coral «Wir glauben all an einen Gott, Vater», BWV 740. Sobre esta pieza hay opiniones encontradas ya que solo la encontramos en copias del siglo XIX, alguna de ellas atribuida a Johann Ludwig Krebs; sin embargo, la obra es mencionada en el Orgelbüchlein. Usa un coral de Clausnitzer en el que Dios aparece como el que lo gobierna todo y bajo cuyas órdenes estamos. La música se adapta perfectamente a este concepto, con unos sonidos solemnes aunque con armonías que tradicionalmente se ha considerado algo débil así como unas partes para el pedal algo inconsistentes. Todo esto acrecienta las dudas sobre la autoría pero nos maravilla, una vez más, sobre esos sonidos que no dejan de ser poderosos.

La partitura de la obra puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Ulf Norberg al órgano de la Iglesia Hedvig Eleonora de Estocolmo.