Bach, fantasía y fuga BWV 537



¡Feliz domingo! ¿Cómo va este fin de semana de junio? Espero que la música de Bach que te propongo hoy sea el complemento perfecto a este día. En realidad la obra del viejo peluca siempre es un complemento ideal para cualquier ocasión, ¿no crees? La composición de hoy es una verdadera maravilla, con ese aire nostálgico pero a la vez poderoso que solo él sabía imprimirle a sus piezas. Dejémonos llevar por ese torrente de sonidos y por esa cascada de sentimientos que nos producen.

De nuevo hoy nos encontramos con Johann Sebastian Bach (1685-1750), maestro alemán nacido en Eisenach. Curiosamente esta localidad alemana ha alojado a ilustres nombres de la historia. Obviamente el primero es el de J. S. Bach que la ha hecho inmortal. Santa Isabel de Hungría parece ser que en Eisenach hizo un milagro curando a un leproso, cosa que recoge Liszt en un oratorio sobre la santa. Martín Lutero se refugió en el castillo de Eisenach tras su paso por la Dieta de Worms. En ese castillo, el famoso Castillo de Wartburg, tuvo lugar en la Edad Media el famoso torneo de canto ("sängerkrieg") en el que participaron famosos trovadores como Walther von der Vogelweide o Wolfram von Eschenbach. Ese torneo fue recogido luego de forma libre por Wagner para construir a su alrededor la ópera "Tannhäuser".

Disfrutemos hoy de su Fantasía y fuga en do menor, BWV 537. Se trata de una obra muy densa, con una fantasía en estilo algo doliente que parece un preludio y una imponente fuga que viene después. También es muy posible que proceda su etapa de Weimar, quizá en sus años finales por similitud con otras. La fantasía contiene una música densa y ornamentada, sin embargo la pieza carece de pasajes en forma de cadencia. El compás que usa Bach es de 6/4 pero está dividida en dos partes que son desiguales, siempre llena de inventiva con un motivo dominante de ocho notas. La fuga tiene un sujeto bastante significativo ya que es perfectamente cuando aparece en todo el desarrollo. De nuevo aparecen las características notas repetidas de las composiciones de este periodo. Una obra impresionante.

La interpretación es de Ton Koopman al órgano Müller de la Waalse Kerk de Ámsterdam.

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