¡Feliz miércoles! ¿Qué tal si te propongo que bailes conmigo? ¿Lo harías? Te confieso que soy algo patoso pero te prometo que la música que te ofrezco es una verdadera belleza. Además, vamos a bailar a lo largo del día, con la variación del tiempo a nuestro favor y dejándonos llevar por la música. Es de esa música que te envuelve pero a la vez te alegra y te produce optimismo. Seguro que tras este baile (aunque sea mental) sales con unas fuerzas renovadas. ¡Lo prometo!

El mago que va a conseguirlo es Amilcare Ponchielli (1834-1886), compositor italiano nacido en Paderno Fasolaro, cerca de Cremona; hoy día la localidad ha cambiado su nombre al de Paderno Ponchielli. Su gran dedicación se centró en las óperas siendo la más conocida "La Gioconda". Desgraciadamente esta composición eclipsó otras, como obras orquestales, música de cámara, etc. Era un hombre tímido pero de un talento muy especial. Tenía una intensa imaginación y una gran habilidad para expresar diversas situaciones. Pero podemos decir que Ponchielli no era muy ambicioso en su vida por lo que no llegó a conseguir todo de lo que era capaz. A pesar de todo, podemos decir que en su época solo lo superó Verdi (aunque, eso sí, con creces). El maestro cremonés también tuvo "descendencia" musical en términos de discípulos. Un tal Puccini y un tal Mascagni aprendieron con él. Eran extraordinarios alumnos, pero también de un extraordinario profesor.

Precisamente hoy te traigo un fragmento de esa ópera que he mencionado La Gioconda. Fue estrenada en 1876 y está dividida en tres actos. Trata de las vicisitudes de Gioconda, una mujer que siente una especial devoción por su madre. Gioconda está enamorada de Enzo pero también Laura. Esta salva a la madre de GIoconda de morir y esta sacrifica su amor en beneficio de Laura. Barnaba pretende conseguir el corazón de Gioconda pero esta no está dispuesta y prefiere la muerte. El tercer ballet termina con un pequeño ballet llamado Danza delle ore, es decir, la "Danza de las horas". Quiere venir a representar el conflicto entre las fuerzas de la luz y la oscuridad que van variando a lo largo de las horas del día. ¿A que la obra te suena conocida? Pues sí, esa obra que aparece en los anuncios de televisión y que fue incluida en la banda sonora de la película "Fantasía" es esta maravillosa música que hoy tenemos entre manos.

La partitura de la pieza puedes conseguirla aquí (página 73).

La interpretación es la de la Orquesta de Filadelfia dirigida por Eugene Ormandy.