Bendita improvisación

Impromptu D. 935, n.º 2, Schubert

¡Feliz miércoles! He titulado así la publicación porque el género de la obra de hoy podría traducirse más o menos como «improvisación». No va a tener nada de ello porque todo está controlado pero con ese control que proporciona una obra maestra como la copa de un pino. Es de esas que cuando la escuchas el cuerpo te pide más: escucharla una y otra vez y más de este insigne maestro.

Franz Schubert

Hoy nos acompaña Franz Schubert (1797-1828), compositor austríaco nacido el Viena. No es la primera vez que te comento que la ciudad que le vio nacer y morir nunca lo acogió como debía. Si cada noche vienesa acogía un concierto, Schubert solo pudo dar uno en su vida con solamente su música. No tuvo éxito con la escena y ninguna de sus sinfonías fue interpretada por profesionales. Aunque era un músico local su fama trascendió las fronteras de la capital aunque tampoco tuvo demasiado éxito: solamente un trío suyo fue impreso en el extranjero. Su ganó con muchísimos problemas la vida solamente con sus composiciones, que sus amistades y mecenas sostenían siempre que podían, porque entre ellos sí era muy apreciado. Se cuenta que parece ser que le llegó una carta desde Alemania solamente con la dirección «Franz Schubert, famoso compositor de Viena».

Vamos a escuchar el Impromptu en la bemol mayor op. posth. 142, n.º 2, D. 935. La palabra «impromptu» parece ser que proviene de que en origen era una obra de carácter improvisatorio, de ahí el título de la publicación. Fue publicado en 1827 y tiene el sabor típicamente schubertiano. Destaca sus secciones externas construidas a base de acordes pero que sirven de soporte a una melodía de lo más tierna, de esas que solo el vienés era capaz de concebir En la sección intermedia escuchamos tresillos sobre un bajo que fluye como una corriente cristalina sobre la que aflora la melodía inicial. Una vez más, Schubert nos sorprende con su prodigiosa armonía. Schumann consideraba que los cuatro impromptus D. 935 formaban los cuatro movimientos de una sonata.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Alfred Brendel al piano.

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