Canto religioso

Silouan's song, Arvo Pärt

¡Feliz miércoles! Igual te dices a ti mismo que el título es más de lo mismo. Bueno, parte de esto hay porque vamos a escuchar una vez más música, pero religiosa en un sentido quizá algo amplio porque no es en sí de ese tipo sino inspiración. Pero, en cualquier caso, el maestro que nos acompaña hoy, a quien recurro de vez en cuanto, tiene una música asombrosa.

Arvo Pärt

Se trata de Arvo Pärt (1935), compositor estonio nacido en Paide. No es aventurado decir que es uno de los compositores vivos más importantes. Comenzó componiendo en estilo de los rusos más famosos (Shostakovich y Prokofiev) y luego se aventuró por el serialismo. Sin embargo, cayó en una intensa desazón y vacío musical que le hizo apartarse de la composición. Se dedicó a estudiar polifonía medieval y renacentista y en 1976 ideó el que sería su nuevo método de componer, el tintinnabuli, que tiene su fundamento en la forma de sonar de una campana y se basa principalmente en el uso de tríadas; ni que decir tiene que este cambio fue totalmente radical. En donde podemos apreciar más claramente este estilo es en su famoso trío de obras formado por Fratres, Cantus in memoriam Benjamin Britten y Tabula Rasa. Por problemas políticos tuvo que marcharse de Estonia y se estableció primero en Viena y luego en Berlín. Ha sido condecorado con los premios más importantes del mundo e incluso una de sus sinfonías, la cuarta, fue nominada a los premios Grammy. Su música es de una gran profundidad y está cargada de contenido y, aunque parezca a primera vista sencilla y asequible (que lo es) tiene por detrás un gran trabajo teórico.

Disfrutemos de su obra titulada Silouan's song. Se trata de una obra de 1991 compuesta para orquesta de cuerdas. Se inspira en un texto religiosa del padre Silouan, místico ruso que escribió una serie de pequeños textos espirituales. Está dedicada al archimandrita Sofronio Sakharov, jefe de uno de los dos monasterios rusos de Inglaterra, y a su congregación, de ahí que el título esté en inglés. Sofronio tradujo la obra de Silouan. El maestro le pone a la obra el subtítulo «Mi alma anhela al Señor» y eso luego lo refleja en la música a base de apasionadas y fervorosas frases, que casi más que música nos regalan silencios al modo de los de los monasterios ortodoxos. La composición, de inspiración religiosa, como dije en la introducción, está llena de devoción, casi de misterio, pero también de luz que procede tanto de ese estatismo como del recuerdo de la liturgia. Una verdadera maravilla.

La interpretación es de Orquesta Filarmónica de Turín dirigida por Sergio Lamberto.

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