Concierto para piano

Concierto para piano 1, Beethoven

¡Feliz lunes! Otra semana que comienza y lo vamos a hacer por la puerta grande. Reconozco que se me estaba pasando la primera ración mensual de música de Beethoven. Voy a subsanarlo trayéndote música de él hoy y la semana que viene y así sigo manteniendo ese compromiso de ofrecértela un par de veces al mes. Hoy vamos a disfrutar de una impresionante obra suya, llena de ritmo y color.

L. v. Beethoven

Pero antes, algo de la biografía de él, de Ludwig van Beethoven (1770-1827), compositor alemán nacido en Bonn. En su juventud era un asiduo de los Breunings, en cuyos salones deleitaba tocando el piano: Mozart, Haydn, Bach y sus propias composiciones e improvisaciones. Con veinte años empezó sus relaciones amorosas con diversas mujeres. Lorchen von Breuning era una de ellas así como y la baronesa de Westerholt. Un momento importante para él fue cuando en 1790 Haydn visión Bonn. Es casi seguro que Beethoven quiso estrechar su mano y conocerlo. Escucharía cómo sus músicos le llamaban «Papá». Posteriormente ya se aludiría a él como el padre del cuarteto o el de la sinfonía. Beethoven pudo conocer a una persona a quien admiraba, y con razón, profundamente.

Vamos a escuchar su Concierto para piano y orquesta n.º 1 en do mayor, op. 15. Es el primero de la serie pero fue compuesto (entre 1795 y 1800) tras el segundo. Está lleno de aire mozartiano pero al que Beethoven le da siempre su toque personal. Esto se aprecia especialmente en el inicio del primer movimiento, Allegro con brio, que tiene un toque más personal en el segundo tema. El compositor usa un ambiente ligero y desenfadado, lleno de virtuosismo. El segundo movimiento es un Largo. Su lirismo es muy intenso y presagia ya los grandes movimientos lentos finales que compondría Beethoven. El concierto termina con un Allegro scherzando en forma de rondó. Recoge también algo favorito de esa época: síncopas rítmicas, frases irregulares, tono desenfadado... Beethoven casi llega a ciertos momentos melodramáticos y hasta cómico, y ese ambiente está presente hasta el brillante final. El movimiento está tan lleno de melodías inolvidables que, tras sus escucha, seguro que silbamos algunas.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Krystian Zimerman al piano y dirigiendo la Orquesta Filarmónica de Viena.

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