Dios te salve, Reina y Madre



¡Feliz sábado! Para este día pascual de casi mediados del mes de mayo te traigo una música que tiene contenido mariano pero que no es vocal, como suele ocurrir en estos días. Sin embargo, lo importante es disfrutar de buena música y eso siempre lo tenemos asegurado. La verdad es que no sé si el compositor de hoy habrá aparecido por aquí alguna vez (creo recordar que sí) ya que casi pierdo la cuenta a veces. Te lo presentaré y escucharemos su extraordinaria música.

A quien quería presentarte es a Paul Hofhaimer (1459-1537), compositor y organista austríaco nacido en Radstadt. Estudió por su propia cuenta y viajó por diversas cortes en las que fue empleado para tocar el órgano. En 1515 fue nombrado caballero por el emperador Maximiliano, a cuyo servicio estaba. A partir de entonces comenzó a ser llamado «primer organista» del emperador. Tras la muerte del monarca en 1519 consiguió el puesto principal de la catedral de Salzburgo y su arzobispo, puesto que consiguió hasta su muerte. Según varias fuentes, fue el organista más importante de su tiempo y no tenía nadie que le igualase. Destacaba en el arte de la improvisación de forma que se podía estar años escuchándole de forma que «nos maravillaríamos más por las notas que este hombre consigue que por la forma en que los ríos desembocan en los océanos». Solo se ha conservado una fracción de sus obras y en ellas muestra un fraseo muy claro y directo, sin solapamientos de la polifonía, algo característico de la polifonía franco-flamenca.

Una de las dos obras litúrgicas suyas que se conserva es esta Salve Regina. En la obra muestra su dominio de la técnica del cantus firmus y alterna los versículos del texto a cada voz dentro del conjunto polifónico. Este tipo de obra puede mirar al pasado pero también al futuro ya que en ellas aparecen técnicas contrapuntísticas que serán desarrollada más tarde. Hofhaimer también presenta la pieza con diversos ornamentos, quizá producto de su técnica improvisatoria. Casi toda la obra se desarrolla en forma de una especie de variaciones. En realidad son fantasías sobre ese canto llano de la salve. Una verdadera maravilla.

La interpretación es de Yury Habrus al órgano de la Nueva Iglesia de Örgryte en Gotemburgo (Suecia).

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