Dios está con nosotros



¡Feliz lunes! Comienza esta primera semana de julio y es posible que te pille de vacaciones. Si tuvieses tiempo y pudieses dedicar cinco minutitos a escuchar la música de hoy seguro que te llena el espíritu; no hace falta ni que leas mis pesadas palabras, basta con la música. El compositor de hoy no es la primera vez que aparece y siempre que lo ha hecho nos ha dejado con un sabor de boca que nos pide más. Murió hace escasos años pero seguro que su música perdurará por mucho tiempo.

Me estoy refiriendo a John Tavener (1944-2013), compositor británico nacido el Wembley. La obra de Tavener siempre ha estado sujeta a polémica ya que hay quien la considera solo y exclusivamente comercial. Adoptó la fe ortodoxa cristiana (tras haber nacido en el seno de una familia protestante y haber sido de joven católico) y ello le llevó a crearse un lenguaje musical que le llevó a componer obras estáticas, meditativas, casi inmóviles, muchas de ellas compuestas con la liturgia en mente. Su estilo se hizo ecléctico hasta el punto de quien lo ve a medio camino entre el misticismo y el populismo. Su música se ha grabado de forma insistente y Tavener ha vendido muchos discos gracias a ese tipo de música que atrae al oído y que permite meditar y contemplar. Tras varios amagos de dejar de componer (tras la muerte de su madre y su padre) siguió haciéndolo, para irritación de muchos y deleite de otros tantos. Si bien mucha música suya seguida puede empachar a mí personalmente me gustan algunas de sus obras. Las veo muy inspiradas y que personalmente me dicen mucho, cosa importante.

Es el caso de la obra de hoy, si no no te la traería. Es su famosa God is with us. Se trata de una obra compuesta para la navidad y que puede describirse como una proclamación navideña. Fue compuesta en 1987 para el coro de la Catedral de Winchester. El texto está tomado de la liturgia ortodoxa para la víspera de navidad y tiene una base tomada de la Biblia. Empieza de forma tranquila y contemplativa, como suele ser marca de la casa Tavener. Crea un jubiloso ambiente navideño que lleva al tenor solista a cantar una intensa melodía de inspiración bizantina. El coro va arropando a la voz hasta que el órgano irrumpe de forma poderosa en las palabras «Christ is born!» («Cristo ha nacido»). En ese momento la armonía toma peso y lleva a la obra a un final que se puede calificar de clímax. Se diga lo que se diga, la obra es impresionante.

La interpretación es del Coro del King's College Cambridge dirigido por Stephen Cleobury.

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