Espíritu de todo lo eterno

Veni spiritus, Hildegarda de Bingen

¡Feliz miércoles! ¿Cómo va la semana? Espero que bien y que estés disfrutando y aprovechando. ¡El verano vuela! Casi igual de etérea es la música que te ofrezco hoy. No llega a los cinco minutos pero créeme que se te pasarán en un suspiro porque es una auténtica delicia. Toda la música que salió de la mano de quien hoy nos visita tiene un encanto especial y casi me atrevería a decir que un misterio bastante fuera de lo común.

Santa Hildegarda de Bingen

La visitante es santa Hildegarda de Bingen (1098-1179), abadesa, escritora, compositora, filósofa, mística, visionaria y polímata alemana nacida en Bermersheim vor der Höhe. Sus padres era nobles y ya con la edad de cinco años empezó a tener visiones y con ocho sus padres la dejaron en un convento. Llegó a ser abadesa de Disibodenberg, cerca de Bingen, y fundó otros dos monasterios en Alemania. Además de esta ajetreada vida religiosa comenzó a escribir libros de teología y naturaleza a la vez que practicaba exorcismos como forma de curación. Las visiones místicas le sucedieron durante toda su vida y el papa Eugenio III las validó en 1148 y obtuvo permiso para ponerlas por escrito. En la década de 1150 reunió una colección de poemas litúrgicos en una obra llamada «Ordo virtutem», con algunas composiciones dramáticas que le valieron el apelativo de «la sibila del Rin».

Escuchemos su obra titulada Veni Spiritus Eternorum. Se trata de una poco habitual secuencia litúrgica para Pentecostés y se inicia con la misma melodía que ha secuencia habitual de Pentecostés, Sancti spiritus adsit, compuesta por Notker Balbulus en el siglo IX. Luego hace una cita a otra secuencia del mismo tiempo litúrgico, Veni Sancte Spiritus. Se trata de una composición monofónica a la que se le puede añadir notas graves sostenidas como en el caso de la bella grabación que te ofrezco.

La interpreta el conjunto Anonymous 4.

Volver arriba