Música realmente pionera

Concerto grosso op.6 no.4, Corelli

¡Feliz viernes! Terminamos la semana laboral y además ya estamos a mitad de mes de noviembre. Espero que te haya ido bien y que disfrutes del fin de semana, hagas lo que hagas. Si me lo permites, voy a introducirte en él con una música que, como digo en el título, fue realmente pionera por lo influyente que fue en su tiempo. De vez en cuando te traigo alguna perlita de él y siempre nos sabe a poco. ¿Te apetece su compañía?

Arcangelo Corelli

Si es así, nos quedamos con Arcangelo Corelli (1653-1713), compositor y violinista italiano nacido en Fusignano. Como he dicho en la introducción, es una de las figuras capitales del barroco y fue uno de los grandes maestros del violín moderno y de algunas formas que él modeló hasta que las dejó entre nosotros definitivamente. Sus composiciones más destacadas fueron los concerti grossi, género que retomaron exitosamente Bach, Handel o Vivaldi pero que el propio Corelli ya había dejado en una de las más altas cotas. Igualmente, sus sonatas en trío y otras tantas para violín, son obras seminales. Su talento musical lo desarrolló en Bolonia y luego en Roma, donde triunfó como violinista. Pronto se hizo allí famoso y atrajo la atención de jóvenes compositores y sus academias. El cardenal Pamphili le dio trabajo hasta 1690. Luego su patrón fue el cardenal Ottoboni, muy favorecedor del compositor ya que le pagó muy bien y admiraba su música. Fue en esta posición en la que Corelli alcanzó la fama y se convirtió en el músico influyente que fue en su tiempo y para generaciones posteriores. Su fama fue tanta que fue enterrado en el Panteón.

Hoy disfrutamos de su Concerto grosso en re mayor, op.6 n.º 4. Es una pequeña colección de movimientos no relacionados entre sí, con el esquema lento-rápido-lento-rápido. El primero comienza con habituales acordes lentos que rompe en un allegro lleno de florituras por parte del primer violín. Le sigue un adagio casi a modo de procesión fúnebre, con una bella melodía en el bajo. Le sucede un vivace de lo más brillante, con un continuo casi moviéndose sin parar. El concierto termina, de forma espectacular, con un allegro. Aquí la melodía, encantadora y típicamente del aliento de Corelli, se mueve sobre un bajo hasta que la orquesta resuelve en una conclusión más rápida, y un abrupto final en dos acordes. Una auténtica y maravillosa joya.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es del conjunto estadounidense Voices of Music.

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