Negra pero hermosa



¡Feliz sábado! Es posible que eches de menos la ración de música española esta semana; vamos a ello. Casi con toda seguridad el maestro de hoy es español aunque esto no se sabe aún a ciencia cierta. En el fondo, ¿qué más da? Lo importante es disfrutar de su música, que es tan bella como desconocida. Un nuevo nombre a añadir a nuestra lista de esos compositores que acabamos de descubrir e intuimos que seguro nos depararán buenas sorpresas. Solo hay que bucear en su música.

Quien esta con nosotros hoy es Andreas de Silva (c. 1475/80-c. 1530), compositor de nacionalidad incierta (o bien española o bien portuguesa) pero con indicios de que fuese de nuestro país. Parece ser que también estudió en Francia y en el norte de Italia. En 1513 se sabe que escribió un motete con motivo de la elección del papa León X por lo que pronto fue contratado para trabajar para la capilla papal. Allí fue conocido como «cantor et compositor» pero también como «cantor secretus» de la capilla privada del pontífice. En 1522 lo tenemos en Mantua y parece ser que se quedó viviendo por Italia unos años más. Su música era tenida en gran estima. Cósimo Bartoli lo describió como uno de los sucesores de Josquin «que enseñó al mundo cómo debía ser escrita la música». Algunos de sus motetes sirvieron de parodia para que otros maestros, como Arcadelt o Palestrina (a quien escuchábamos ayer), compusiesen una misa. Pertenece a la generación que estrechó lazos entre la música francesa y la neerlandesa, desde Josquin a Mouton, pero también la escuela moderna representada por Willaert, Morales y Gombert. Silva mostró influencias por la música local, con sus característicos elementos estilísticos y su querencia por las nuevas técnicas.

De este maestro vamos a escuchar su motete Nigra sum sed formosa, a cinco voces y publicado en 1539. El texto es muy conocido y pertenece al Cantar de los Cantares bíblicos y se solía cantar en las segundas vísperas para las fiestas comunes de la Virgen. Es una obra breve pero que nuestra cuán dotado estaba Silva a la hora de escribir una música llena de sabiduría y de una gran sonoridad. La composición es bastante directa y con unas melodías que casi pueden calificarse de declamatorias. El compositor hace uso de la imitación pero también nos revela cómo era su habilidad a la hora de enfrentarse a una polifonía que por momentos de hace compleja.

Negra soy pero hermosa,
hijas de Jerusalén.
por tanto, he complacido al Señor,
que me ha traído a su cámara.

La partitura de la obra puedes descargarla aquí.

La interpretación es de The Song Company dirigida por Roland Peelman.

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