Oh, floreciente rama



¡Feliz sábado! Llega el sábado y toca música de contenido mariano y falta la obra compuesta por una mujer, ¿verdad? Pues vamos a ello hoy. La música de hoy es verdaderamente hipnótica (ciertamente depende mucho de la interpretación) y todas las obras que salieron de la mano de esta mujer tiene ese carácter. En el caso de la obra de hoy te va a envolver, a mecer, a rodear con unos sonidos que nos suenan ancestrales pero que nos ponen directamente en contacto con la divinidad.

Es posible que hayas acertado que es de Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179), compositora, visionaria, teóloga, mística, filósofa,... alemana nacida en Bermersheim vor der Höhe. Durante casi ochenta años vivió en un desconocido lugar de Alemania pero en él dejó una cantidad de escritos, composiciones y manuscritos que es algo asombroso. Podríamos llegar a pensar que Hildegarda es quizá la primera compositora de la que se tiene conocimiento, sobre todo en una época en la que la gran mayoría de autores eran desconocidos. Sin embargo, no hay referencia a ella en ninguna obra anterior a 1979 y la famosa enciclopedia «New Grove» la incorporó en 1990. Sus contemporáneos la llamaban «La sibila del Rin» y escribió libros prácticos de biología, botánica, medicina, etc. y también escribió profusamente desde a humildes penitentes a reyes que buscaban su consejo. Su sobrenombre proviene por la fundación a su cargo de un monasterio en Rupertsberg, cerca de Bingen, que tuvo a trasladarse a Eibingen, cuando creció de forma espectacular.

Hoy vamos a escuchar O frondens virga, que es una antífona mariana para un salmo. En ella la santa juega con la metáfora de «virga» (rama) y «virgo» (Virgen). La composición es principalmente silábica, con algunos melismas y neumas. La frase que da título a la antífona está cantada alrededor de la nota re mientras que la siguiente lo hace con la. La obra explota ha conocida metáfora de la Virgen con la fertilidad humana. María brilla con su brillo radiante y a la vez nos ayuda en el plan de la Salvación. La retórica musical que usa von Bingen no es muy poderosa aquí, pero sí presenta ciertos rasgos a destacar, como los motivos sobre «virga» o las notas altas en algunas palabras, que ayudan a reforzar el poder mediador de la Virgen.

La interpretación es del grupo Chanticleer.

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