Otelo

Otelo, Dvorák

¡Feliz miércoles! Así, como quien no quiere la cosa, ya estamos terminando el mes de octubre. Vamos a hacerlo desde aquí con la música de uno de los grandes compositores de la época romántica, por lo menos de su parte final aunque inmerso totalmente en ella. El título que la obra tiene reminiscencias operísticas aunque hoy es una pieza solo instrumental.

Antonín Dvorák

Primero nos quedamos un rato en compañía de la vida de Antonín Dvorák (1841-1904), compositor checo nacido en Nelahozeves. El maestro checo fue toda una institución no solamente en su país natal sino en Estados Unidos: basta recordar que fue director del conservatorio de Nueva York, nada menos. Sin embargo, a pesar de tantos reconocimientos, nunca dejó de ser una persona humilde, hasta un punto hasta entrañable. En una carta a su amigo el compositor y director Bohumil Fidler le dijo: «Solo soy un sencillo compositor checo. Sin gustarme la humildad exagerada y a pesar del hecho de que he progresado algo en el mundo de la gran música, siempre seré lo que fue: un sencillo compositor checo». Humildes palabras para un maestro cuya música es poco menos que inmortal.

Vamos a escuchar su obertura de concierto Othello, op. 93. Fue estrenada en 1892 y forma parte de una trilogía. Aquí Dvorák muestra cierto apego a la escritura programática, algo no típico en él. La atmósfera de la composición es épica, con frecuentes cambios de humor y un dramatismo muy intenso. No guarda un paralelismo exacto con la obra de Shakespeare pero sí puntos comunes. El tema principal corresponde a los celos del protagonista al que le sigue un bello dueto entre Otelo y Desdémona. Dvorák moldea todos los temas de una forma compleja en cuanto a la armonía y, a modo de clímax, presenta las cuatro notas del réquiem. La coda representaría el suicido de Otelo y la conclusión de la historia.

La partitura de la obra puede conseguirse aquí.

La interpretación es de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Suecia dirigida por Daniel Harding.

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