Pequeña aunque no tanto

¡Feliz viernes! Termina la semana laboral y hoy vamos a hacerlo con una música muy especial. No es la primera vez que nos acompaña la compositora de hoy (aunque reconozco que debería traerla más) y siempre que lo ha hecho no ha podido ser más brillante su música y el regusto que nos ha dejado. Lo mismo pasará hoy, con una obra que, aunque lleva el adjetivo pequeña en su título, verás que no lo es tanto porque tiene una inmensa entidad y una calidad muy alta, altísima.

Viene a visitarnos hoy Germaine Tailleferre (1892-1983), compositora francesa nacida en Saint-Maur-des-Fossés. Tras la Primera Guerra Mundial, un grupo de compositores se reunió para reaccionar al posromanticismo. Ese grupo se hacía llamar «Los Seis» y Tailleferre era la única mujer que pertenecía a él. El grupo desapareció en la década de 1920 pero ella siguió componiendo hasta su muerte. Precisamente ese grupo surgió tras su encuentro con Auric, Milhaud y Honegger en el conservatorio y estos ya maestros cayeron rendidos ante el arte de Tailleferre. El París era muy apreciado y nunca dejó de componer buscando esa voz francesa tradicional que tanto perseguía, llena de encanto y seducción y que era el legado de Fauré o Ravel. Ese espíritu ligero del que pretendió dotar sus obras (y era el ideal de todo el grupo) lo consiguió a lo largo de su vida, y usó técnicas modernistas llenas de humor. Al final de su carrera experimentó el serialismo pero no estaba demasiado cómoda con este lenguaje.

De esta gran mujer vamos a escuchar su Petite Suite. Se trata de una composición para orquesta compuesta en 1957. Está dividida en tres movimientos de forma que en ve de una suite casi parece una sonata. El primer movimiento, «Prélude», está formando por un ambiente festivo, que inmediatamente da paso a una danza más meditativa, «Sicilienne» para llegar luego a un movimiento, «Les Filles de La Rochelle» que está escrito en forma de danza que incluso a mí me recuerda a la música de Guridi. Sin duda, una obra llena de humor y de esa luminosidad que estos maestros sabían darle a la música, ligera, perlo a la vez que entretiene de una forma especial.

La interpretación es de Orquesta Filarmónica de la Fundación dirigida por David Snell.

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