Salve Regina



Un sábado más recurro a esta antífona mariana para que disfrutes de su música. De las cuatro antífonas dedicadas a la Virgen esta es la que se usa en el tiempo ordinario en el que estamos. Pero no hace falta que te diga que pueden escucharse siempre porque suelen ser obras llenas de devoción y de unción. Sobre todo si es de la calidad de la obra de hoy, tanto en sus pentagramas como en su interpretación.

Una vez más nos visita Herbert Howells (1892-1983), compositor británico nacido en Lydney. Su obra más intensa está llena de la pérdida personal y la nostalgia. Su hermano de nueve años murió de poliomielitis y eso le afectó grandemente. Además de compositor y director era organista y como tal trabajó en el King's College, para quien compuso unas bellísimas obras. Tras la Guerra todo esto explosionó de una forma especial y se dedicó de forma intensa a escribir para coros, con obras que aún perviven en el repertorio coral de las Islas Británicas. Howells es un maestro fundamental para comprender la música para coro, sobre todo la procedente de Inglaterra. Su obra no solo se restringió a este género sino que compuso conciertos, música de cámara, obras para piano y canciones.

Howells nos ofrece hoy, como sabes, su Salve Regina. Estamos en la época en la que Howells terminaba sus estudios y comenzaba una carrera que se prometía como exitosa; concretamente 1915. Howells usa una escritura extática de la antífona en un estilo de finales del romanticismo. Howells confesó que también recibió influencias de los madrigales ingleses que estudiaba por esa época. Le salió una obra suave, controlada y con armonía también dentro de unos límites bien marcados. Como una audaz bienvenida, una voz aguda sobresale al final sobre el conjunto coral, poniendo un broche de oro muy bello.

La interpretación es del Coro del St John's College de Cambridge dirigido por Andrew Nethsingha.

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