Salve, Señora Santa María



¡Feliz sábado! En este día previo al del Corpus Christi te traigo una composición muy emocionante. Todos los sábados sabes me gusta traerte música de contenido mariano y hoy no va a ser menos. El maestro de hoy es un español de adopción ya que, al formar parte de una gran capilla musical, terminó sus días en nuestra tierra aportándonos su música increíble. Alguna vez nos visitó en el pasado y creo que hoy es un buen día para dejarnos arrastrar por el torrente de su polifonía.

Nuestro viejo amigo es Alexander Agricola (1445-1506), compositor flamenco nacido en Gante. Era también tañedor de viola y una de las grandes figuras del Renacimiento estando por delante de él solo Josquin. Parece ser que su nombre real era Alexander Ackerman y, siguiendo la tendencia de la época, lo latinizó en Agricola. Aparece en la catedral de Gante hasta que luego es llamado para trabajar en la corte francesa. En 1505 se unió a la capilla de Felipe I de Castilla, de ahí que terminase sus días en Valladolid, donde murió. No se sabe bine dónde comenzó a formarse pero parece ser que Josquin sí fue una influencia para él, así como Johannes Ockeghem. Sus composiciones eran muy estimadas e incluso el famoso impresor Petrucci le dedicó un volumen solo a sus obras. No solo se dedicó a obra religiosas sino también profanas, compuestas antes de 1480. Sus composiciones suponen un gran reto en cuanto a descifrar la notación que usó, de ahí que haya sido tan poco grabado e interpretado, a pesar de su calidad.

Agricola nos va a hacer deleitarnos hoy con su motete Ave domina sancta Maria. La obra fue compuesta a cuatro voces. El maestro escribe una pieza llena de austeridad, propia de la polifonía franco-flamenca aunque apreciamos en ella la huella de Josquin y de Ockeghem. Las cuatro voces comienzan en imitación aunque cada una en distinto momento. En una obra típicamente del estilo de la época, las voces van haciendo lo que en la técnica vihuelística llamaríamos disminuciones de forma que cada vez la polifonía es más adornada. Toda una joya en la que, en este caso, las voces se ven reforzadas por los instrumentos que las doblan.

La interpretación es de la Capella Sancti Michaelis y el Currende Consort dirigidos por Erik van Nevel.

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