Trío de ases

Trío op.11, Beethoven

¡Feliz miércoles! Para este miércoles te propongo una música que no solo es bella bellísima sino que es profunda, refrescante y llena de encanto. Un encanto y una profundidad de que solo (o casi) nuestro compositor de hoy era capaz de obtener de las notas. Era capaz de coger los pentagramas y hacer con ello lo que quisiere para sacar de nosotros las más altas emociones, cosa que pocos maestros consiguen.

Beethoven

No podía ser otro que Ludwig van Beethoven (1770-1827), compositor alemán nacido en Bonn. Quizá es conocido por el sorprendente hecho de que era un compositor sordo, algo que puede chocar. Él decía: Es curioso cómo hay personas que, en la conversación, no notan en absoluto mi condición de sordo. Puesto que suelo ser distraído, lo achacan a ello. A veces casi no puedo escuchar a alguien que hable suavemente; sí el tono pero no las palabras. Sin embargo, cuando alguien grita se convierte en alto intolerable. Parece ser que su sordera se ha exagerado algo pero sí es cierto que la tenía, aunque no fue completa desde el principio: su oído se fue deteriorando poco a poco. Desde joven tuvo que aceptar que el oído le fallaba y era algo que iba a más hasta que muriese. El doctor Wagner, cuando realizó la autopsia del compositor en 1827, dijo que el cartílago del oído tenía una forma irregular y desproporcionada y parece ser que el pabellón auricular era grande y tenía una profundidad de una vez y media de lo que era habitual.

Disfrutemos hoy de su Trío para violín, violonchelo y piano en Si Bemol Mayor, op. 11. La obra fue compuesta en 1797 y puede ser interpretada con un clarinete en vez e un violín. Su último movimiento, unas variaciones, se basa en un tema de Joseph Weigl, parece ser que con una melodía bastante popular para la época. Antes de ese tercer movimiento, el primero es un allegro con unas sorprendentes modulaciones que se van disolviendo mientras dan paso a los distintos temas. El adagio central tiene forma sonata con un desarrollo breve y una reexposición de lo más ornamentada. Las variaciones antes aludidas permiten a Beethoven mostrarse como un virtuoso al piano de forma que incluso alguna de las variaciones son para el instrumento a solo. Tras las seis variaciones, el ritmo cambia a un compás de 6/8 (y a Sol Mayor) para regalarnos una impresionante coda. Un contemporáneo del compositor dijo de este trío que en él Beethoven muestra un inusual conocimiento armónico.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Eugene Istomin (piano), Isaac Stern (violín) y Leonard Rose (chelo).

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