Ven, Señor, no tardes

¡Feliz viernes! Para este viernes de Cuaresma, ¿qué mejor que esta súplica a Dios para que no deje de venir pronto? SI además va a acompañada de música de gran calidad, mejor que mejor. De vez en cuando te traigo algo de este gran compositor de la época romántica cuya música tiene una fuerza y una luminosidad muy especiales. Su desahogada posición económica le permitió dedicarse a la música y todo ello lo aprovechó de una forma especial. ¿Te apetece comprobarlo?

Hoy nos visita Felix Mendelssohn (1809-1847), compositor alemán nacido en Hamburgo. Se cuenta una anécdota de que Mendelssohn estaba tocando el primer movimiento de la sonata «Claro de luna» de Beethoven y mientras lo hacía una viuda abría y cerraba su abanico al ritmo de la música. Aunque pueda parecer lo contrario, el maestro terminó el movimiento sin la más mínima muestra de molestia. Sin embargo, al final del mismo, mientras debería sonar la coda se dedicó a enlazar los acordes finales uno tras otros, en bucle, hasta que la señora se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Entonces, el pianista continuó con la pieza hasta terminarla. Parece ser que su forma de tocar el piano y de improvisar era admirada por todos y le pedían frecuentemente obras como propina para que pudiese dedicar a la audiencia con su arte. Cuando tocaba, la audiencia se quedaba totalmente en silencio, expectante por lo que iba a escuchar. Algo que pasaría posteriormente con otros como con Liszt, que causaba verdaderos furor entre su público.

Mendelssohn nos trae hoy su motete «Veni Domine», op. 39 n.º 1, obra compuesta para coro femenino. Se trata de una obra compuesta en 1830 y perteneciente a una colección de tres. La inspiración le surgió al maestro tras la visita a la iglesia románica de la Trinidad del Monte. A ese respecto, dijo el maestro: «Las monjas francesas cantan ahí y lo hacen maravillosamente bien. Pero debe saberse que no está permitido ver a las cantantes. Por tanto, he llegado a una conclusión poco habitual: compondré algo para sus voces, que recuerdo exactamente». El inicio es como una llamada de atención por parte del coro, tras el cual aparece una parte más rápida en 6/8. La sección intermedia sigue con ritmo ternario en modo menor, pero regresa a la sección anterior con el mayor, de forma que se hace más brillante. En general, la estructura no es demasiado completa y la polifonía está prácticamente ausente porque los bloques son homofónicos.

La partitura de la composición puedes conseguirla aquí.

La interpretación es del Coro Femenino «Madonna della Consolazione» de Reggio Calabria dirigido por Luigi Miriello.

Volver arriba