Ven, dulce cruz



Para este Viernes Santo no hay título más bello que este y me atrevería a decir que música más bella que la que te propongo hoy. Nos va a venir de la pluma de uno de nuestros queridos compositores que está con nosotros continuamente. La obra solo puede calificarse de impresionante, llena de profundidad, de misterio, de religiosidad, de encanto, en fin, de belleza.

Evidentemente, nos visita un día más Johann Sebastian Bach (1685-1750), maestro alemán nacido en Eisenach. El Viernes Santo en Leipzig era casi un acontecimiento tan social como religioso. Las campanas sonaban en la iglesia a las 1:45 pm durante un cuarto de hora. En ese momento comenzaba el oficio, que tenía como punto álgido el sermón que podía durar una o dos horas. Cuando se interpretó, en 1727, la "Pasión según San Mateo", es muy posible que ese oficio durase unas seis horas. El público entraba y salía del templo, en especial los caballeros de la ciudad, que iban a ver a las jóvenes. Bach compuso para ese día su gran obra, su gran pasión, a la que tenía en muy alta estima. Cuidó el manuscrito como ningún otro, y la copia que se conserva es bellísima, con el texto de los corales subrayado en rojo. De hecho, cuando se deterioraron varias páginas el maestro no dudó en volver a copiarlas para que la obra no perdiese ni un ápice de su calidad. Una obra de la que Bach se sentía muy orgulloso.

En la segunda parte de la misma está contenida el aria Komm, süsser Kreuz, precedida de su recitativo. La voz que canta es la de bajo y el instrumento obligado que Bach usa en ella es la viola de gamba. En su tiempo, este instrumento estaba asociada a la decadencia y la muerte. Es posiblemente el fragmento más complejo que el viejo peluca escribió para este instrumento. Originalmente usó el laúd pero luego cambió el instrumento de música frotada con el que proporcionaba una sonoridad distinta, sorprendente y que quedaría poco familiar en el contexto de la obra. Muy probablemente la complejidad de esta parte para viola se relaciona con la dificultad de Jesús para llevar la cruz, una complejidad que Bach hace independiente del texto y directamente la embebe dentro de la orquesta. ¡Feliz Viernes Santo!

La interpretación es de Stephen MacLeod (bajo), Philippe Pierlot (viola de gamba) y el Collegium Vocale de Gante dirigidos por Philippe Herreweghe.

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