¡Feliz sábado! Llegamos, una vez más, al día en el que disfrutamos de una especial atención hacia la Virgen porque escuchamos una pieza dedicada a ella. La de hoy nos llega desde la creatividad de uno de los maestros más legendarios (y fabulosos) que ha dado la Historia de la Música, con todas las mayúsculas que se pueda.

Me refiero a Josquin des Prez (c. 1450/1455-1521), compositor francoflamenco del que no se conoce bien su lugar de nacimiento. Parece ser que su nombre original era Josse Lebloitte. Ese era el apellido familiar pero algunos de sus ancestros (abuelo y padre) tenían el apelativo de Desprez siendo Josquin un diminutivo de Josse. En cualquier caso, su nombre ha aparecido en varias fuentes de diversas formas, siendo una de ellas la latinización en forma de Iosquinus Pratensis. A pesar de todo, parece ser que estamos bastante seguros de cómo él mismo se llamaba. Resulta que compuso un motete (también dedicado a la Virgen) titulado Illibata Dei virgo nutrix que es precisamente un acróstico de su nombre. Cuando juntamos las primeras letras de cada verso nos aparece el nombre de Iosquin des Prez.

Hoy vamos a disfrutar de otra obra mariana suya: el motete Ecce tu pulchra es, a cuatro voces. Esta composición se conserva hasta en once fuentes: tres impresas y ocho manuscritas; es más, una de las fuentes contiene una versión de la pieza para laúd. El texto se basa en varios versículos de el Cantar de los Cantares. Es un diálogo entre el novio y la esposa y debió de gozar de bastante popularidad, a juzgar por ese número de fuentes anterior, y se sabe que era conocido en Italia, España y Alemania. La polifonía es libre, es decir, no presenta imitación y Josquin se las arregla para enfatizar diversas frases como Ecce tu pulcher es, que aparece en bloques de acordes y otras, como Ego flos campi, la escuchamos en una bella versión polifónica.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es de Cantica Symphonia dirigido por Giuseppe Maletto.