Virgen prudentísima

¡Feliz sábado! Seguimos con música de la época renacentista y vocal, hoy para cantar a la Virgen. Además, la versión de hoy va a ser muy especial. A veces una buena interpretación mejora muchísimo la música, esto es obvio. Por eso me gusta siempre citar a los intérpretes, porque la música siempre es interpretación, versión, punto de vista personal de quienes la tocan o cantan. Aunque se siga fielmente la partitura siempre cada versión será única, salida directamente de la creatividad de los intérpretes.

Primero vamos con el autor. Es Pedro de Cristo (c. 1550-1618), compositor portugués nacido en Coímbra. Hay quien establece que su padre, António Nunes, era extranjero y quien afirma que procedía de Coímbra. Fue bautizado como Domingos pero se cambió el nombre al recibir los votos como franciscano en 1571. Posiblemente estudió con el maestro de capilla Francisco de Santa María. Las huellas de la obra de este están presentes en la música de de Cristo, y podemos apreciar como declamación en corcheas y otros elementos. Sucedió a su maestro y luego fue maestri de capilla en San Vicente de Fóra de Lisboa. Sus obras están bastante dispersas en diversos manuscritos portugueses y muchas veces no están atribuidas. Entre sus obrass se da el curioso hecho de que compuso pocas misas: concretamente solo tenemos una completa, otra ferial y un gloria aparte. En sus motetes vemos cierta querencia por el estilo antiguo aunque también le gustó mostrar algunas características personales, como el uso particular del ritmo y un gusto por la declamación raro en todo su país.

De Cristo nos trae hoy su antífona Virgo Prudentissima, a cuatro voces. Las voces van entrando de una en una (de arriba abajo) en imitación y así transcurre casi toda la obra, también llena de movimientos paralelos (es decir, homofonía). El maestro no recurre demasiado a la disonancia y muestra aquí su dominio de ese estilo antiguo, con una música que prácticamente se limita a declamar el texto de forma silábica. El ambiente sombrío de la obra no hace sino resaltar aún más su belleza.

La partitura de la composición puedes conseguirla aquí.

La interpretación, muy especial como he dicho, está a cargo de un cuarteto de flautas dulces con la voz doblando a la soprano, con una especial sonoridad. Los intérpretes son: Mónica García (soprano) y Pedro Sousa, Rita Rodríguez, Carlos Sánchez (Tenor) y Moisés Maroto (flautas).

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