Una acción de gracias muy especial



¡Feliz viernes! Hoy termina la semana laboral tal y como suele considerarse. Espero que te haya ido bien y que aproveches el fin de semana que se nos aproxima para descansar y variar para hacer otras cosas. Para la música de hoy he elegido una obra muy especial, casi emblemática del compositor que te traigo hoy. Es uno de los grandes nombres del pasado siglo XX aunque seguro que hay muchos que no lo citarían entre los punteros. Sin embargo lo es, y a las pruebas me remito.

Me estoy refiriendo a Zoltán Kodály (1882-1967), maestro húngaro nacido en Kecskemét. Hoy es muy recordado por su dedicación a la etnomusicología y a la educación musical. Su padre era un violinista aficionado y desde pequeño escuchaba las grandes obras de la tradición alemana. A la vez que estudiaba en la universidad de Budapest se matriculó en la academia de música de esa ciudad. Le gustaba transcribir la música popular húngara y por ese motivo trabó amistad con Béla Bartók. Su debut como compositor fue en 1906 y poco a poco comenzó a convertirse en una personalidad en la música de su país. Las composiciones que hizo son de gran calidad así como sus obras pedagógicas (sobre todo su famoso método Kodály) sin abandonar nunca su afición por la música popular. Compuso dos óperas, varias obras orquestales y también obras corales y de cámara. El maestro es un compositor muy importante de la primera mitad del siglo XX que, en mni opinión, debería ser más escuchado por parte de los melómanos.

Escuchemos hoy su Budavári Te Deum. Es una obra compuesta en 1936 para solistas, coro y orquesta. El motivo de ello fue el 250.º aniversario de la liberación de la ciudad de Buda del régimen turco. Usa el texto de la tradicional secuencia del siglo IV pero también utiliza de forma intensiva melodías populares de su país (aunque sin citarlas explícitamente). Esto dota a la obra de un carácter general bastante alegre y de carácter extrovertido, que hacen de esta obra una de las mejores de Kodály a pesar de no ser muy interpretada. Su título puede ser más o menos traducido por «Te Deum de Buda» y vemos en la obra que hay cantos gregorianos y otras melodías antiguas y modos que la iluminan de una forma especial. La intención, conseguida, de Kodály fue la de fusionar el espíritu húngaro con el europeo, alcanzado en una obra de una especial espectacularidad.

La interpretación es de Eva Andor (soprano), Márta Szirmay (mezzosoprano), József Réti (tenor) y József Gregor (bajo-barítono), el Coro de la Radiotelevisión Húngara y la Orquesta Sinfónica de Budapest dirigidos por János Ferencsik.

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