Un aria que nunca deja indiferente
La música de hoy, como casi la de todos los días, tiene una belleza arrebatadora. Es conocida, aunque no de las más conocidas, y quizá no se asocie inmediatamente con el compositor. La pieza se ha usado en multitud de ocasiones y si a uno se le mete en la cabeza no dejará de tararearla durante varios días.
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La ópera más importante de Dvořák es la titulada Rusalka, estrenada en con libreto de Kvapil. Estructurada en tres actos, narra la historia de una ondina de las aguas que pide a una bruja que la transforme en humana porque está enamorada de un príncipe. Sin embargo, debido a la torpeza de la bruja, queda convertida en una princesa muda.
El fragmento más emocionante de la obra es el aria del primer acto conocida popularmente como Canción de la luna en la que Rusalka pide a la luna que le cuente al príncipe su historia. Que la obra destila romanticismo por todos los lados es algo evidente con solo escucharla. Contiene una de esas melodías inmortales que los grandes compositores checos nos legaron. El título original de la pieza, en checo, es Měsíčku na nebi hlubokém, que puede traducirse por "Oh, encantadora luna plateada".
Espero que disfrutes enormemente de esta pieza que te traigo interpretada por la soprano René Fleming junto con la Orquesta Sinfónica de Londres dirigidos por Sir Georg Solti.