Un concierto muy especial

Concierto orquesta 1, Shchedrin

¡Feliz lunes y feliz semana! Quizá haya usado ya este título para algún (o incluso algunos) post anterior pero bueno, así ahora mismo no me sale otro. Tampoco estoy seguro de si el maestro de hoy ya ha aparecido por aquí antes; si lo ha hecho debe de ser hace mucho tiempo por lo que vamos a darle la más calurosa bienvenida y vamos a disfrutar de una música que es muy curiosa y que tiene un título también muy curioso.

Rodion Shchedrin

Te presento a Rodion Shchedrin (1932), compositor ruso nacido en Moscú. La música casi oa trajo de serie cuando nació porque su padre también era escritor y teórico de la música y le inculcó el amor por esta. Estudió en el conservatorio de Moscú y por esa época comenzó a interesarse por la música popular de su país, cosa que le fascinó. Sus obras fueron muy populares en Rusia, especialmente sus ballets en los que mezcla eclécticamente la vanguardia, el neoclasicismo, el jazz y la música popular. Sucedió a Shostakovich como jefe de los compositores rusos y hoy día sigue siéndolo de forma honoraria. Su afición por componer para el ballet quizá viene motivada por su matrimonio con la bailarina Maya Plisetskaya, para la que escribió alguna obra famosa (y curiosa) como un ballet para cuerdas y percusión con fragmentos de la ópera «Carmen» de George Bizet. Lleva compuestos cinco conciertos para piano, cinco para orquesta y tres sinfonías, por lo que su actividad no cesa en ningún momento.

Vamos a escuchar su Concierto para orquesta n.º 1 subtitulado «Naughty limericks»; fue compuesto y estrenado en 1963 y es una de sus primeras obras interpretadas fuera de Rusia. El subtítulo en ruso es Ozomiye chastushki que podría traducirse como «Melodías traviesas» pero ha sido el subtítulo actual el que se ha impuesto (limerick no hace referencia la ciudad irlandesa sino a un tipo de poema). La obra está formada por una cadena de melodías populares que se engarzan entre sí por medio de cadencias y pausas, a veces más esperadas, a veces menos. La brevedad está presente en toda la obra y hallamos fragmentos más simétricos y otros más asimétricos pero que, en las manos maestras de Shchedrin, tienen un partido muy especial a la vez que evitan la monotonía gracias a ese peculiar sentido del humor que recorre la partitura.

La interpretación es de la Orquesta Sinfónica de la URSS dirigida por Yevgueni Svetlánov.

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