Un dúo de tres maestros
¡Feliz miércoles! No hay nada contradictorio en el título de este post puesto que entre los maestros he incluido al compositor que es un compositor como la copa de un pino, ahí queda eso. Cuando veas su nombre seguro que coincidirás conmigo. Es uno de esos grandes nombres de la época romántica que de vez en cuando viene por aquí para maravillarnos con sus impresionantes obras. Hoy ocurrirá lo mismo. ¿Te apetece comprobarlo?
E
Hoy vamos a escuchar su Sonata para violín y piano en sol mayor, n.º 1 op. 78. Fue compuesta el mismo verano que escribió, nada menos, que su primera sinfonía y el concierto para violín. Esta obra está llena de bellas melodías y unos temas muy emocionantes y conseguidos. Además, es una de las obras coin un contenido formal más perfecto del maestro. El primer movimiento, Vivace ma non troppo, comienza con ritmos con puntillos y un segundo tema que regresa una y otra vez. Tiene forma sonata y a pesar de la indicación de vivace no es demasiado rápido. El segundo, Adagio, tiene forma ternaria y un tema también encantador, trufado con los silencios del violín. El último, Allegro molto moderato, cita una obra propia de Brahms y ello hace que el maestro empiece la obra en tono menor pero luego vuelve el tema del adagio central y termina en un tono mayor, con una coda llena de la más radiante belleza.
La partitura de la composición puedes descargarla aquí.
La interpretación es de Itzhak Perlman (violín) y Vladimir Ashkenazy (piano).