Los fariseos

O Phariseos, Kassia

¡Feliz lunes! Espero que esta cuarta semana de Cuaresma que ahora empezamos te sea muy provechosa. Si yo te preguntara si sabes quién puede ser la primera compositora de occidente, ¿sabrías responderme? Yo, hasta que me topé con ella no hubiera sido capaz pero, después de escuchar su música te confesaré que ha sido un descubrimiento y que su música merece mucho la pena.

Kassia

Se trata de Kassia (c. 810), compositora bizantina nacida probablemente en Constantinopla. Tiene el crédito de ser lo que he comentado en la introducción: la primera mujer compositora de occidente y la primera mujer que ha compuesto para canto bizantino cuyo nombre aparece junto a la composición. Su padre era militar y su familia estaba relacionada con la corte por lo que pudo recibir estudios clásicos, algo no habitual en las mujeres de su tiempo. Conoció a san Teodoro el Estudita con el que mantuvo correspondencia. Fue defensora de la presencia de iconos en los templos, algo por lo que fue perseguida. Hay unas cincuenta composiciones litúrgicas atribuidas a ella, cuyo objetivo era enseñar doctrina cristiana. Son cantos homofónicos escritos en la notación neumática medieval bizantina. Suelen estar formados por una voz grave, isokratema, que acompaña a una voz superior con su notación clara, habitualmente escritos en los modos deuteros o tetartos, es decir, en el segundo o tercero. Podemos decir que es una predecesora de su contraparte occidental, Hildegarda de Bingen. De Kassia se decía que era «demasiado brillante como para convertirse en emperatriz del Imperio Bizantino».

De ella vamos a escuchar O Phariseos. Se trata de un sticheron cantado en griego, obviamente. Relata el conocido pasaje evangélico sobre el fariseo y el publicano según se cantaba en el primer domingo del llamado triodion, que viene a ser nuestra Cuaresma ya que era el tiempo de ayuno y preparación antes de la Pascua. Es una música fielmente apegada al texto puesto que ambos destacan el contraste entre el fariseo que solo piensa en sí mismo y el publicano que no se ve digno de estar ante la presencia de Dios. Todo un testimonio de esta música ancetral.

La interpretación es del conjunto VocaMe.

Volver arriba